lunes, 26 de junio de 2023

Mi madre

Y la vida ganó la partida. O mejor dicho, la muerte. Hoy la pena por la pérdida de mi madre es insoportable, pero lucharé cada día con las pocas fuerzas que me quedan para recordarla siempre así. Elegante, discreta, educada, cariñosa, alegre, sonriente, muy generosa. Siempre a mi lado. Y yo al suyo, recorriendo calles, playas, cafés, parques, librerías, terrazas, hospitales, en todo momento. Feliz, después de comer en nuestra casa como en aquel soleado sábado del último noviembre al que corresponde la fotografía que tengo ante mis ojos. Éramos felices, y lo sabíamos. Tener la amenaza constante de un nuevo brote de la enfermedad, como una pistola que apunta certera en la nuca, nos hacía conscientes de cada disfrute. Feliz, digo, porque, durante la larga sobremesa, entre charla y risas, alejando entre todos los demonios, la gata buscaba sus manos, su olor, su calor. Ese calor que nos dio, que me dio sin descanso durante casi 52 años. Todo ese amor, hasta el último momento. No he conocido una tristeza y un desamparo tan profundos como los que se han apoderado ahora de mí. Sin embargo, y aunque tampoco consuele, sé que soy un hombre muy afortunado por haber tenido esta madre. MI madre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario