viernes, 24 de mayo de 2013

Reinventando el amor

Llevo unos días sin ganas de hacer demasiadas cosas y, sin embargo, no paro. A veces me gustan esas contradicciones. Ayudan a no pensar mucho en lo negativo y a tirar hacia delante. Estoy seleccionando los textos para mi próximo libro, dándole más vueltas a la nueva novela, preparando algunas historias que me han encargado, el viaje a la Feria del Libro de Madrid... Y leyendo. Me he leído dos novelas esta semana. La de Sebastian Barry, "En el lado de Canaán", de la que hablaré aquí próximamente. Y otra, "La invención del amor", reciente Premio Alfaguara, de José Ovejero. En realidad, esta última la leí de un tirón. No pude parar de leer hasta terminarla. Llegó a mis manos ayer, a última hora de la mañana, y no conseguí cerrarla hasta llegar a la última línea. Tengo que decir que no había leído ninguna novela suya (lo siento). Sólo relatos (fabulosos, por cierto). Pese a recibir sus novelas cuando aún trabajaba en la librería y pensar en leerlas en más de una ocasión, y de escuchar a reputadas voces (Rosa Montero, por ejemplo) hablar maravillas de ellas. La sobrecarga del mundo editorial es así de injusta. No importa. Nunca es tarde. Hoy mismo pienso ir a la biblioteca a buscar otra novela suya, pese al aluvión de cosas pendientes que tengo sobre la mesa. Estoy deslumbrado por su escritura, por esta novela, "La invención del amor".  No conviene desvelar nada de su argumento. El azar, el amor, la soledad, el hastío, los tiempos de crisis que nos están tocando vivir... Ese cierto cansancio que a veces nos llega alrededor de los cuarenta, esa edad en la que no eres joven ni viejo. En la que aún quieres hacer cosas, pero la perspectiva de todo ha cambiado inevitablemente. Todo eso está ahí, en la escritura de Ovejero. En unos personajes perfectamente definidos, en una historia que te envuelve, que te atrapa, que no te deja aparcar el libro ni para ir a la cocina a beber un vaso de agua, estirar las piernas o tomarte un respiro. Tampoco quieres quedarte dormido: quieres seguir leyendo, saber lo que pasa, lo que pasó. La historia de su protagonista, la de Clara, la mujer que desencadena toda la historia. Bueno, la mujer que está detrás de una llamada que desencadena toda la trama. Como en algunas de las mejores novelas policíacas. Como algunas de las mejores novelas, simplemente. "La invención del amor" no es una novela policíaca, aunque podría serlo. No es estrictamente una novela de amor, aunque también lo pueda ser (lo es, lo es). Es la historia de una vida que no quiere resignarse, que se refugia en lo que hay al otro lado del espejo, en lo que hay al otro lado la realidad pura y dura, en la imaginación. Y desde ahí, desde ese refugio, consigue salvarse. La mentira sirve para recuperar la verdad. La mentira transforma el viaje. A veces, sí, por insólito o increíble que parezca, las mentiras sirven para eso, para recuperar la verdad. La única verdad que, finalmente, importa, y que está en el título de esta espléndida novela y que, a pesar de ser una palabra tan manoseada, todos acabamos pensando en ella. Volveré a leerla.

3 comentarios:

  1. Cada vez estoy más convencida: el amor está intacto, en su más pura esencia, en las pequeñas cosas. En pequeños detalles que nos hacen ayudan a ser mejores... Cada vez estoy más convencida de que al final de una escalera empinada, difícil, trabajosa, aguarda el amor con los abrazos abiertos.

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  2. Julia Fernández de la Vega26 de mayo de 2013, 19:13

    Me gusta verte así de actívo, aunque digas que, en realidad, no tienes ganas de hacer nada. Con todo y con eso, se te ve lleno de ilusión y de proyectos: lleno de vida! Por que la vida sólo se acaba cuando dejamos de tenerlos, cuando no ponemos nuestro objetivo en el horizonte sino en la parte más cercana a nuestro vacío.

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  3. Hola Ovidio. Soy escritor mexicano. Estoy esperando leer con ansia la novela de Ovejero. Yo me leí una de él hace algunos años, creo se titula "Los años de Miki" o algo así. Fabulosa. Me atrapó. Te mando un saludo y excelente reseña.

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