martes, 2 de abril de 2013

La felicidad (o no), al fin

El día no había comenzado demasiado bien. La inesperada muerte del excelente fotógrafo Paco Elvira nos había dejado a todos conmovidos. Las expectativas de una nueva librería que abre, donde había dejado el currículum, y la incertidumbre de ese teléfono que, una vez más, no suena. Sin embargo, el sol y el paseo con mi madre y la charla posterior con ella tomando un café en una terraza (la recompensa después de su necesario, imprecindible paseo), me reconciliaron con el lunes. El primer lunes del mes de abril. Con sol y viento: ráfagas de esa primavera que deseamos como pocas otras anteriormente. Nos despedimos y proseguí mi camino. Fui dándole vueltas a la novela que estoy escribiendo. Cuando se está escribiendo una novela, siempre pasa eso: cualquier momento de soledad, da igual el sitio en el que te pille, te lleva a ella, es inevitable. Aún era temprano y decidí acercarme a la biblioteca del Fontán, la biblioteca que más veces he pisado, la que no tiene mis dos últimos libros, así son las cosas. Ahí estaba, en la sección de novedades, el último libro de Luis Landero, "Absolución". Me abalancé sobre él con el ímpetu de quien teme que por cualquier motivo le arrebaten un feliz hallazgo. Salí de la biblioteca leyendo las primeras líneas: "Será posible que, al fin, hayas logrado ser feliz". La cosa prometía. En la nevera había comida del día anterior: no era necesario perder más el tiempo. Me puse a leer y ya no pude dejarlo. La historia de Lino (o Nilo, como le llama su novia), ese chico que, posiblemente, había logrado, al fin, ser feliz. O no. Ese chico que recuerda ese día de mayo, cuando comienza la novela, los tiempos en los que deseaba marcharse de todas partes, en todo momento. ¡Cómo te reconoces en eso!, piensas. Las ganas constantes de marcharse, de no hallar tu lugar, el deseado, el imaginado. La persona que te acompañe en el viaje (cuando aparece, si lo hace) es determinante. Sí, creo que es esa persona la que hace que todo cambie. La que consigue que esa ansiedad, esas ganas de estar y no estar, desaparezcan. Se esfumen como lo hacen los fantasmas al amanecer, con las primeras luces del nuevo día, como si las sombras de la noche jamás hubiesen existido. Sigues leyendo. No puedes dejar de hacerlo. Al protagonista, como a ti mismo, también le apareció esa persona. Clara. La persona que llegó en el momento justo. Muy pocos días después del comienzo de la novela, Lino y Clara se casarán. O eso parece. Pero antes ocurren cosas. Entre tanto, en ese día de mayo, el vaivén de una vida, la del protagonista, los recuerdos. Todo eso está magníficamente relatado. Varios personajes secundarios que acompañan a ese protagonista. Algunos realmente memorables. Y el azar, ay, siempre tan caprichoso, tan impertinente, tan pintoresco, tan imprevisible, tan cabrón (en ocasiones). Luis Landero, ese hombre que escribió en su primera novela que el afán es el deseo de ser un gran hombre y de hacer grandes cosas y la pena y la gloria que todo eso conlleva, lo ha conseguido: ha escrito una obra intensa, vibrante, brillantísima. En la que, detrás de cada palabra, de cada acción, nos reconozcamos o no en ellas (que seguro que sí), se sitúa la vida, la de sus protagonistas, la nuestra. La vida: con los miedos y las incertidumbres, con el brillo (fugaz, fugaz o no) de la felicidad y las miserias propias del mero hecho de existir. La cara A y la B, inevitables ambas: y, a veces, la grisácea que está en medio de esas dos y que es la que, silenciosamente, lo ordena todo. Apareció la noche, bien cerrada ya, y no podía dejar de leer. Hacía tiempo que no me pasaba algo así. Esos momentos que todo lector anhela como anhelamos la aparición de la felicidad (de la otra, de la vida propia), fugaz o no, al fin.

3 comentarios:

  1. He tenido que leerlo dos veces porque he quedado impactada, tanto que necesariamente mañana, con la luz del día, saldré en busca del libro. Esa es tu magia, la que provoca en nosotros, tus lectores, el deseo de salir corriendo a por aquello que reseñas tan bien siempre.

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  2. Es la primera vez que leo el blog y fue gracias a facebook, me gustó tanto que si no hay novedad pienso seguir leyendolo. Gracias.

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  3. Como siempre magnífico tu comentario sobre el libro de Landero, tanto que lo antepondré a mi lista de lecturas. Gracias.

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