viernes, 31 de diciembre de 2021

Reseña de Saúl Fernández en La Nueva España

[Despido este 2021 recordando una las mejores cosas que me han pasado en el año: la reseña que Saúl Fernández publicó en La Nueva España sobre 'La noche se detiene'. Que el 2022 nos sea propicio]

TROZO DE REALIDAD 

Ovidio Parades es como un cirujano: recorta la realidad aquí y luego allí y, al final, salva la pieza extrayendo de ella la historia que de normalidad contiene en su interior. Parades hace como decían que hacía Buonarroti: descubre la "Pietà" en el interior de un mármol frío. Y eso lo hace cada vez mejor. 'La noche se detiene' es una buena prueba de ello: una novela corta en la que la protagonista lucha por escapar de su tristeza, la que viene de una vida incompleta o, más bien, de una vida no todo lo completa que esperaba cuando empezó a conformar sus cimientos. 

El futuro nunca es lo que era cuando aparecía allí a lo lejos, cuando era una meta y no una frustración. Parades, de verdad, recompone la realidad y la infelicidad invade el pensamiento corrido de su protagonista, de esa Julia que cuida por las noches a una vieja impertinente, de esta mujer que no consigue amarrar sus objetivos y que sólo se pregunta quién llama en mitad de una tarde que en realidad es el amanecer de una noche nebulosa. 'La noche se detiene' es lo mejor de Parades porque Parades descubre la historia que había ensayado en sus otras dos novelas y, sobre todo, en sus prosas de diario. Que Parades ya es un fijo en nuestras vidas y tenemos que decirlo muy alto. 
El escritor escoge una mujer en ruinas: por la vida, por el pasado, por el paro, por el desamor, por la traición; escoge una mujer normal y corriente. La coloca en el precipicio, "en una noche oscura, / con ansia en amores inflamada", pone a Tom Waits, a Marguerite Duras y espera a ver si esa mujer da un paso adelante. De eso va "La noche se detiene", de esperar a ver si la tristeza se queda en el pasado y el futuro vuelve a funcionar como al principio de todo, cuando la Universidad formaba parte del paraíso y las noches eran más luminosas que los días. Parades acongoja. O más bien esa mujer que parece como si nada y lo es todo. La historia de Julia era la historia que Ovidio Parades tenía que contar hace tiempo. Pérez Galdós lo explicó en su discurso de entrada en la Academia: "Imagen de la vida es la Novela y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y las fisonomías, todo lo espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de raza, y las viviendas que son el signo de familia, y la vestidura, que diseña los últimos trazos externos de la personalidad: todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción...". Ovidio Parades lo cumple todo.  

martes, 28 de diciembre de 2021

Ágata Lys

Ágata Lys, mito y olvido, talento y extraña suerte, belleza deslumbrante y voz que perturba toda calma. No hace falta acudir a aquellas películas que excitaban a los cuerpos masculinos (también habría algunos femeninos, no cabe la duda: silencio, silencio) después de tantos años de represión, la actriz ligera de ropa, la voz en susurro aguardentoso, la sábana que apenas cubre, el guion imposible, el dichoso destape. No. Es mejor ir al buen cine. 'Los santos inocentes', de Mario Camus. Ágata -la mirada de Ágata- fumando un cigarrillo, caminando o cortando un trozo de pollo: la brutal sensualidad (y sexualidad) y el buen hacer interpretativo. Sigamos con directores de prestigio. En 'Taxi', de Carlos Saura, compone una mala llena de matices y autenticidad. Acaso su mejor trabajo. Se merecía el Goya como actriz de reparto, o al menos la nominación. No sucedió. ¿Por qué no recibió más papeles importantes? El mundo del cine está lleno de grandes actrices desperdiciadas. Para qué vamos a dar nombres: cualquier persona cinéfila los tiene en mente. A ojos de quienes mandan en todo esto, puede que la primera Ágata (mito) estuviese devorando a la segunda (camino del olvido), la que pedía y merecía buenos papeles. Tremenda injusticia. Fiel reflejo de aquel mundo, de este mundo, del mundo de pasado mañana. Por desgracia, el tiempo de las injusticias carece de caducidad. Siempre presente en todos los ámbitos. Algunos destacados trabajos en prestigiosas obras de teatro, alguna película irregular (a excepción de 'Familia', de Fernando León de Aranoa), alguna serie de televisión. Y adiós. Un adiós, viendo lo visto, que imagino voluntario. Ahora, lamentablemente, el adiós definitivo. Queda el eco de aquella potente y hermosa voz. Aquella presencia. El talento que le permitieron mostrar a ratos. Mito y olvido. Ágata Lys. 

jueves, 23 de diciembre de 2021

Otra Navidad

Que si las sillas vacías, que si las parejas que se rompen, que si el desempleo, que si la pandemia, que si la mascarilla, que si todo es blanco o todo es negro, que si la suegra, que si el cuñado, que si no tocó la lotería, que si qué bien me quedaba yo en mi casa, que si para qué tanta comida, que si no hay que beber en exceso, que si luego hay que coger el coche, que si puedes cambiar de canal, que si el recibo de la luz, que si... Que si sí y que si no. Las frases se repiten año tras año, en cualquier parte, vayas donde vayas. Y también los ciclos. Es lo que hay. 

La Navidad, para mí, es la infancia. Y la Nochevieja, la juventud. Y también, la Nochevieja, el día que mis padres se conocieron. Y desde entonces hasta hoy. Todo lo demás -o sea, estos próximos días- puro trámite. Respetando, evidentemente, a las personas que viven este tiempo con sus creencias religiosas. Que, al fin y al cabo, más allá de langostinos y cavas, falsedades y regalos, es la esencia de estas celebraciones.
Los trámites, ya se sabe, hay que llevarlos de la mejor manera posible. Yo lo tengo fácil: vivo rodeado de libros y de películas. Cuando el cansancio haga su aparición, sé que van a estar ahí: para alejarme por un rato de la realidad. Por lo demás, llegados a este punto y bajo estas circunstancias que vivimos (y otras que siempre están presentes), salud. Es caer en el tópico, sí, y también es la única manera de seguir aferrándose a todo esto. No hay otra. 
Que os sea leve. Que lo disfrutéis.   
 

lunes, 20 de diciembre de 2021

Una gaviota

Solitaria. Inquieta. Hambrienta. Descarada. Deambulando de un lado a otro de la terraza. Pendiente de que a alguien se le caiga una patata frita o un miserable cacahuete al suelo. El atrevimiento, por momentos, le lleva a acercarse para picotear las migajas que encuentra sobre las mesas. El cuerpo atravesado por los templados y reconfortantes rayos de sol (todos escasos de vitamina D por estas tierras), por las sombras que recuerdan que la primavera todavía está muy lejos. El sonido de unas cuantas como ella es más fuerte que el de un grupo de moteros vestidos de Papá Noel y de la gente de aquella mesa que hace chocar sus copas. Risas. Voces. El humo de aquel tabaco al otro lado de la terraza. Mascarillas. Cierta ilusión. Y los cristales que, empapados de cava, consiguen que nos olvidemos por un rato de todo lo que tenemos encima. Poco más se puede hacer. Disfrazar momentáneamente la realidad. Volver a otros tiempos mientras se va apurando la hora del vermú y las sombras derrotan definitivamente a esos rayos de sol templado y reconfortante. Ella, desde lo alto, sigue observando. Poderosa como un águila, tan lejana.     

lunes, 13 de diciembre de 2021

La vida era eso

Mujeres nacidas en la posguerra que se vieron obligadas a emigrar a otros países, que se casaron, que tuvieron hijos y luego nietos. Mujeres cuyo deseo quedó silenciado, perdido entre sombras. Como si la sexualidad fuera algo ajena a ellas o se la hubiesen ocultado entre las múltiples obligaciones y esa vida triste y monótona que siempre pasa a toda velocidad. María (Petra Martínez) es una de esas mujeres. Y de repente, a consecuencia de una dolencia cardíaca, conoce en el hospital a una joven, Verónica (Anna Castillo: estupenda, como siempre), que cambiará sus planes por cuestiones que es mejor no desvelar aquí. Empieza su aventura. Un viaje extraño e incierto. Insólito. En la mirada de Petra Martínez está todo: la desgana inicial, el ansia por descubrir, la curiosidad, el temor, la ilusión... Todo eso, sí, en una contenida y soberbia interpretación, hasta ese glorioso y reconfortante (también para el espectador) plano final. Hay secuencias de gran belleza y simbolismo, hay silencios que lo explican todo y también hay una especie de esperanza en esta interesante y prometedora ópera prima (también firma el guion) de David Martín de los Santos. Ojalá consiga sacar adelante nuevos proyectos.   

lunes, 6 de diciembre de 2021

El poder del perro

Montana, 1924. Phil es un vaquero rudo, altivo, desagradable pese a su atractivo físico, grosero incluso. Pronto descubriremos que tiene un lado sensible que, al igual que su reprimida sexualidad, trata de ocultar a toda costa. Todo empezará a cambiar cuando aparece en el rancho el delicado Peter, el hijo de la esposa de su hermano. La primera aparición del muchacho, flores incluidas, y la escena de la comida con los otros vaqueros me parecen dignas de un cuento de Alice Munro o Edna O´Brien: esa mezcla de rudeza y sensibilidad que ambas dominan con maestría. Pienso, por ejemplo, en 'Jarana a la irlandesa', el relato de O´Brien. No desvelo nada del argumento de 'El poder del perro', la nueva película de Jane Campion, diciendo todo esto porque no estamos ante un nuevo 'Brokeback Mountain'. Esta película, pese al paisaje compartido, es otra historia. Es la transformación (y los motivos de esa transformación) de Phil (impresionante Benedict Cumberbatch) ante la aparición de ese joven. Es la historia de una madre (frágil y poderosa Kirsten Dunst) con reminiscencias de las mujeres de Tennessee Williams, aquellas mujeres un poco perdidas, aficionadas al trago porque no se adaptaban a las vidas que les habían caído en suerte. Es la historia de muchos silencios, algunos misterios y las texturas del deseo. Como en los cuentos de Munro y O´Brien, Campion combina con sabiduría la rudeza y la sensibilidad. Lo que se oculta detrás de una flor de papel, de una palabra no pronunciada o de un campo de hierba mecida por el viento.

Excelente película.    

martes, 30 de noviembre de 2021

Definiendo el amor

Un hombre, Luis García Montero, besa uno de sus libros y lo deposita sobre el féretro de su mujer, Almudena Grandes, poco antes de que el sepulturero comience a realizar su trabajo y la gente congregada en el cementerio exhiba con respeto y emoción los libros de la escritora. Muchos libros, muchos títulos diferentes, muchas horas de lectura detrás, bajo ese cielo de Madrid que ella tantas veces describió en sus textos. 

La imagen es tremenda, poderosa, desconcertante.
Pero esa imagen también sirve para definir de una manera casi exacta de qué va esto del amor. 
¿Quién no es capaz de ponerse en la piel de ese hombre? 
Creo que poco más se puede añadir. 

domingo, 28 de noviembre de 2021

Te recuerdo, Almudena

Recuerdo, Almudena, el trueno de tu voz en aquellas noches de Onda Cero, a principio de los noventa. Y la risa, tan llena de humo y expectativas. Recuerdo a Lulú deambular por los paisajes que no habían podido recorrer sus madres y sus abuelas. Y recuerdo el final de aquella novela: "Abre los ojos, Lulú. Sé que no estás dormida". Siempre nos quedarán las ganas de ver a Ángela Molina en la piel de aquel personaje. Recuerdo a Malena, a las mujeres que hacían atlas, los aires difíciles y el lenguaje de los balcones. Recuerdo la proeza de 'El corazón helado'. Y 'El lector de Julio Verne' y 'La madre de Frankenstein', que me parece la mejor novela de los episodios de esa guerra interminable que tan bien conocías y a la que dedicaste tanto esfuerzo y trabajo. Recuerdo a Pablo Texón entrevistándote en el mismo escenario donde yo había hecho lo mismo con Elvira Lindo. Recuerdo leerte los lunes y los fines de semana. Recuerdo de mi añorada época de librero a las mujeres que venían por la librería hablando con entusiasmo de tus libros. Recuerdo también haber envuelto muchos de tus libros de regalo en aquellos días que ya no volverán. Recuerdo encontrarte una mañana de domingo, muy temprano, caminando con tu marido por la calle Fuencarral. Recuerdo que escribí una reseña de 'Los besos al pan', que es una novela cuyo entramado me gusta mucho, vidas contemporáneas de gente normal y corriente, a pie de calle, toda esa lucha. Y recuerdo tus libros en una maleta, camino del sur. Así te imagino, Almudena: camino del sur, entre risas y palabras. En ese lugar donde nos hoy nos gustaría estar, lejos de este frío y esta lluvia interminable y la triste noticia de una muerte tan injusta. 

sábado, 27 de noviembre de 2021

Sondheim on Sondheim

Mayo de 2010. Queríamos entrar en el Studio 54, convertido ya en teatro, a cualquier precio. Nos hubiera dado igual el espectáculo que se representase. El caso era estar allí, arrastrados por la leyenda. Tuvimos suerte, después de todo. Cuatro impresionantes voces interpretaban canciones del gran Stephen Sondheim. Barbara Cook y Vanessa Williams encabezando el elenco. 'Sondheim on Sondheim'. Un repaso por todo el repertorio del gran maestro. Qué gozada. Cuánto talento allí reunido. De vez en cuando, echaba un vistazo a mi alrededor y me imaginaba algunas de las cosas que habían sucedido en aquel teatro cuando se convirtió en la famosa discoteca. Aquel templo de modernidad y excesos de todo tipo. La música de Sondheim me devolvía a la realidad. Si alguna vez tuve la sensación de estar dentro de una película fue en aquel teatro. En aquellos momentos. Con aquella música de fondo. Aunque sólo fuese por eso, le rendiría pleitesía al señor Sondheim hasta el fin de mis días. Pero hay más, claro. Ese legado impresionante que suena y suena, y que me lleva a un tiempo que sigue estando ahí, a salvo del olvido.  

jueves, 18 de noviembre de 2021

Noviembre

Noviembre es un mes extraño, tirando a triste. Treinta días que sirven de puente entre los últimos coletazos del buen tiempo y el empeño prefabricado y excesivo de la Navidad. La Navidad es la infancia y todo lo que viene después es una cansina repetición, una huida hacia ese ocho de enero que antes era la vuelta al cole y ahora es necesario descanso. Noviembre, digo, es un mes tirando a triste. O quizá a melancólico, que no es exactamente lo mismo. Melancólico se vuelve, sobre todo, a esa hora temprana en la que ya empieza a oscurecer. Voces lejanas que se van apagando poco a poco. Los ladridos de algunos perros que se encuentran. Las sirenas de los coches de la policía, cuyo eco comenzó a hacerse más evidente desde marzo del año pasado. Las luces de las cocinas del edificio de enfrente se encienden y no es difícil imaginar los movimientos de cada uno de los miembros de la familia. Una mujer retira la ropa del tendal porque ya está seca o porque teme que se ponga a llover de un momento a otro. Habla con otra mujer, pero, a pesar de hacerlo en voz alta, ensimismado en lo mío, no consigo descifrar sus palabras. Ahí estamos nosotros, a esa hora, cada uno a sus tareas, antes de juntarnos para la cena. El reloj marca un tictac que es el tictac de todos los relojes anteriores. Avanzan las agujas y, en la incertidumbre de su destino, la balanza es incapaz de equilibrar miedo y esperanza. Todas las incógnitas habitan en ese imposible equilibrio. Ya se irán despejando a su modo, para qué hacerse mayores planteamientos. Ahí estamos, haciéndonos viejos y venciendo obstáculos que siempre proceden del exterior, todo ese lío. 

Ahora, que ya estoy en la cocina preparando algo de cena, escucho la voz de una niña que se impone a las voces de la radio. Voces que pronto dejarán paso a la música. Es en ese intervalo, entre las voces de la radio y las músicas, cuando escucho nítidamente a la niña. Habla con tal determinación y desparpajo que me hace sonreír: 
-Ya he terminado los deberes y no pienso cenar. 

sábado, 13 de noviembre de 2021

Mejor parecer que estamos en un musical

Tengo que poner la vacuna de la gripe. Pido cita. Y ahora estoy ahí, nueve y veinte de la mañana, esperando a que las enfermeras terminen con las analíticas y se incorporen para esta función. Una mujer me dice que empiezan a las diez menos cuarto. Que espere en la calle. Soy el primero de la fila. Miro el móvil. Llega un hombre y empieza a darme conversación. Como siempre trato de que se imponga el buen humor cuando visito hospitales o centros de salud, le sigo el juego. Es simpático. Tiene prisa, dice con resignación. Todos tenemos prisa. O más bien, ganas de irnos de estos lugares lo antes posible. Como me cansa un poco la conversación (monólogo ya) del hombre, miro de nuevo el móvil y pienso que si estuviese en un musical, cosa que casi siempre pienso cuando tengo que acudir a estos lugares, sería el momento de ponerme a cantar. El hombre seguiría hablando y yo empezaría a cantar. Incluso a bailar sin perder mi puesto en la fila. Mi idea casi siempre son los musicales de Bob Fosse. Mientras pienso en Roy Scheider y 'All that jazz' (ya sé que tratándose de este lugar no es la mejor opción, pero el 'Bye bye life' y su coreografía siempre me animan), llega una mujer con cara de pocos amigos y se pone detrás del monologuista. Intuyo que es de ese tipo de personas que busca gresca a la mínima en estos sitios. No me equivoco. A las nueve y cuarenta y dos, empieza su discurso. Que si dan cita para las diez menos cuarto, ¿por qué no abren ya la puerta? Que si las enfermeras tienen que hacer analíticas, que empiecen con esto más tarde y no mareen al personal. La escucho, pero no la miro. Me pone nervioso este tipo de gente que se pasa de quejas y críticas. Además, estoy en el musical, en cualquier musical, no lo olvido. Ahora me vienen imágenes de 'Bailar en la oscuridad'. Catherine se impone a las críticas de la mujer con cara de pocos amigos, ¡qué pesada! A las nueve y cuarenta y seis, abren las puertas, y una enfermera dice que vayamos pasando por orden. La mujer sigue murmurando no sé qué por lo bajo. Me ponen la inyección y salgo de allí casi volando. Como en aquel número de la película de Lars von Trier donde levantaban a la Deneuve del suelo porque no quería bailar. Y sigo mi camino. 

lunes, 8 de noviembre de 2021

Historias para no dormir

Los nuevos capítulos de 'Historias para no dormir', que acaba de estrenar Amazon Prime, mantienen un notable nivel de calidad. Buenas atmósferas, buenas interpretaciones. Suspense bien medido. Guiños al presente (las mascarillas y la claustrofobia del primero, 'El doble', dirigido por Rodrigo Sorogoyen, o el mundo totalmente deshumanizado en el que vivimos y que queda patente en la historia de ese tipo normal ante la grotesca adversidad en el capítulo dirigido por Paula Ortiz, 'El asfalto') y también al pasado (ese camaleónico Carlos Santos en la piel del propio Chicho Ibáñez Serrador en el segundo, 'Freddy', dirigido por Paco Plaza). De los cuatro, 'La broma', dirigido por Rodrigo Cortés, es el que más me ha gustado. El tema del triángulo amoroso remite, inevitablemente, al cine negro. (`Perdición', claro, en nuestra cabeza cinéfila). El meollo de la historia (la avaricia, la ambición, la gente sin escrúpulos) da casi tanto pavor como el esperpéntico personaje que borda Eduard Fernández. Nathalie Poza también está espléndida: esa escena del sofá cuando recibe los mensajes de su marido es memorable. Y Raúl Arévalo, perdido entre uno y otra, consigue el tono de la típica mosquita muerta tan trepa como los demás.   

Quedamos, con ganas, a la espera de nuevas historias. 

viernes, 5 de noviembre de 2021

Pensar en los muertos

Pensar en los muertos. No hace falta una fecha en el calendario para ello. Llenar los cementerios de flores y cotilleos. Así lo recuerdo de mi infancia, cuando la tradición imponía visitar las tumbas determinado día del año. Prefiero el recogimiento, la intimidad, para pensar en la gente que has querido y que ya no está. Y las flores, en cualquier ocasión, para los vivos. A veces, cocinando, me acuerdo de mi abuela materna, Virginia. De cómo me enseñó a hacer esto y lo otro en la cocina. Las empanadas, los platos de cuchara, la paciencia para el arroz con leche... Y el olor de lo que estoy preparando me lleva a aquel tiempo en el que todavía podía escuchar su risa contagiosa y sus consejos. El otro día, en una estupenda entrevista que me hizo César Inclán para la radio (qué buena noticia, por cierto, que César vuelva a estar en su sitio), también me acordé de ella. La entrevista me hizo evocar el sonido de su voz interpretando algunas de aquellas canciones populares que tanto le gustaban. El otro día, en A Coruña, volví a acordarme de mi amiga Loli cuando pasamos por delante de un cine que, por desgracia, también estaba definitivamente cerrado. Las tardes de cine con aquella rubia tan especial, las charlas posteriores, las carcajadas, el respeto por los clásicos, el olimpo de nuestras diosas y dioses particulares. Y pude verla allí, en aquella callejuela, con su estilo y su aire a lo Deneuve, sacando una entrada, primeras filas, butaca de pasillo. Y comentando después la película en una de aquellas tabernas, dos Riojas, por favor. 

Y evocar así a mis muertos, pese al dolor de la ausencia (un dolor que el paso del tiempo calma pero que no consigue hacer desaparecer), me hace sentirme bien. Puede que sea un sentimiento extraño. No lo sé. Sé que ya no están y también sé que estarán mientras la memoria tenga capacidad de evocación.     

lunes, 25 de octubre de 2021

Sobre 'La mujer de al lado'

Mariajosé Menéndez, gran lectora a la que tuve el placer de conocer en persona el día que fui a firmar a la Semana Negra el pasado julio, sufrió un calvario de malos tratos que me impresionó profundamente cuando lo contó en su página de Facebook. Un calvario parecido al que vive la protagonista de mi segunda novela, 'La mujer de al lado'. Ese día de julio, Mariajosé compró varios de mis libros, entre ellos esta novela. Acaba de leerla y de escribir estas palabras sobre ella. Palabras que me conmueven. Como me conmueve (y alegra) su fortaleza y sus ganas de seguir adelante. Ojalá el final de todas las mujeres que viven esa plaga salvaje, despreciable y violenta fuese como el suyo. Gracias, Mariajosé. 


"Una novela, leída de un tirón, que describe con maestría el miedo y la vergüenza que yo he llegado a sentir gran parte de mi vida a causa de los malos tratos y el intento de asesinato que sufrí. Gracias, Ovidio Parades, por entenderme.
Absolutamente recomendable."

miércoles, 20 de octubre de 2021

Día de la Espondilitis anquilosante

Al principio, desbordado por los acontecimientos, no sabes pronunciar bien su nombre. El nombre de la enfermedad. Espondilitis anquilosante. Una enfermedad dolorosa y degenerativa que afecta a todos los huesos y articulaciones del cuerpo. Mi madre la padece desde hace quince años. Quince años de enfrentarse cada mañana a lo inesperado. Al dolor y, en ocasiones, a la inmovilidad. A que un gesto como acercar la mano a la mesa para alcanzar una taza constituya toda una proeza. A tardar diez minutos en llegar de una estancia a otra de la casa. Al dolor, digo, que, con el paso de los años, acostumbrado el cuerpo a los medicamentos (droga pura y dura, cuya receta hay que renovar cada tres meses), nunca desaparece del todo. Ni siquiera en los mejores días. Al dolor que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. A traición.

Como hay días para todo, hoy es el día de esta enfermedad. 
Lo importante, dentro de lo que supone padecer una enfermedad de esta magnitud, es que la persona se sienta arropada en todo momento. Pasear con ella, tomar un café o un vermú, comer juntos, llevarla al cine o a ver el mar... Lo que sea: todo cuenta para tratar de ahuyentar por un rato los dolores. La inmovilidad y ese dolor constante puede llevar a depresiones importantes, como es lógico. Mi madre, aunque a veces se desespera (y está en su derecho), es una mujer optimista. Y con todo, sé que es una mujer afortunada: siempre estamos con ella. A veces, a su lado, pienso en la gente que padece la enfermedad y se encuentra sola. Quizá hoy sea un buen día para reflexionar sobre ello. Y para que los gobiernos ayuden a combatir la soledad de esas personas, que es en buena medida una forma de mantener un poco a raya la enfermedad.   
Por lo demás, paciencia y risas. Aunque no tengas el día para risas. Todo es cuestión de ponerse e inventarlas. Inventar risas y también inventar historias para que ella, mi madre en este caso, piense en otras cosas y olvide durante un rato que ese cuerpo es el suyo. 

lunes, 18 de octubre de 2021

Día de las Escritoras. Marguerite Duras.

Marguerite Duras: Rompedora, salvaje, descarnada, brutal. Su manera de acercarse al lenguaje y al deseo (al deseo a través del lenguaje) sigue impactando por mucho que la hayas leído. Siempre queda una palabra por descubrir en sus libros, tan manoseados. Un silencio. Un aullido. Una manera delicada de regresar a la infancia, de nombrar el amor, de evocar a la madre o al hermano favorito. Un modo furibundo de dirigirse a los nazis y a cualquier injusticia. Otra vez ese aullido. Me impactan sus últimas entrevistas, siempre a punto de llorar o llorando directamente. Con 80 años, con la salud muy deteriorada, escribió un ensayo memorable, 'Escribir'. Irrepetible. Imprescindible. Sigo confiando que alguna editorial traduzca al castellano los textos que quedan pendientes. 

sábado, 16 de octubre de 2021

Cumplir 50 años

El jueves cumplí 50 años.  Es una sensación extraña. 50 años. Una sensación similar a la que tienes cuando estás esperando que suceda algo importante, y de repente sucede, y de repente parece que todo ocurrió en otra vida o le ocurrió a otra persona. A veces, ensimismados en proyectos y preocupaciones, los días pasan lentos, pero lo cierto es que la vida transcurre a toda velocidad. Como esos trenes que pasan mientras el nuestro se ha detenido por unos instantes y uno tiene la sensación de que va a ser arrollado por ellos en cualquier momento. En cierto modo, vivimos así: con esa sensación de ser arrollados en cualquier momento. Es un vértigo que no dura todo el tiempo (sería imposible vivir siempre atenazados por él), pero está ahí. Supongo que lo fundamental es seguir a lo nuestro. Llenar los días con esos proyectos (literarios, básicamente) y llenar los espacios con esas personas que, a pesar de determinados problemas, logran que sigamos disfrutando de los placeres sencillos.    

domingo, 10 de octubre de 2021

'Madres paralelas': dignidad y contención

'Madres paralelas' es una película compleja. El propio Almodóvar lo dice en un vídeo poco antes de empezar la película. Eso no quiere decir, añade, que sea una historia difícil de entender. Se entiende perfectamente, pero es compleja. Y lo es porque hay muchas historias dentro de esa historia que empieza con una mujer (Penélope Cruz) haciendo una serie de fotografías a un hombre (Israel Elejalde) y termina con un plano (otra fotografía) impactante, demoledor, que remueve muchas cosas, muchos sentimientos, tengas o no tengas familiares sepultados en cunetas. Ciertas sensibilidades, encabezadas por la conciencia, se posicionan por encima de posturas políticas. O deberían hacerlo, si consideramos que tenemos cierta madurez y vivimos en una sociedad cercana a una madurez democrática. 

Pero volvamos a las fotografías del principio, donde arranca esta historia. A partir de ahí, la mujer que realiza las fotografías a ese hombre se verá envuelta en una serie de problemas y circunstancias fruto del azar. El destino y sus corrientes. El destino y sus complejidades. El destino se convierte en un drama que Pedro Almodóvar sabe dirigir con esa sobriedad y contención que viene mostrando desde la magnífica 'Julieta'. La vida te pone en un brete y en otro, constantes bretes, pero hay que afrontarlos para seguir adelante, sin arrebatos ni histrionismos. Penélope contribuye, más que nunca, a esa contención. Contención sin la cual la película se desbordaría en cualquier momento. Ahí sigue estando la clave. 
Todas las actrices están espléndidas y Elejalde cumple a la perfección con su cometido. Hay tramos bellísimos a lo largo de la película (la cortina que mueve el viento mientras algo sucede dentro de la habitación, el monólogo de Doña Rosita a cargo de Aitana Sánchez-Gijón, determinado encuentro entre Penélope y Milena, el rostro y la historia de tres minutos de Julieta Serrano...) que culminan en un final difícil de olvidar a la salida del cine. Un final que hay que asimilar y digerir. Aliviarse para pasar página. Ponerse en la piel del otro. Respetar el silencio, los silencios. Y, sobre todo, la dignidad. Esa dignidad a cara lavada que impresiona y apabulla en su rotunda y demoledora belleza. 
Una de sus grandes películas. 

lunes, 4 de octubre de 2021

En un lugar salvaje

Además de belleza y talento (no siempre tan aprovechado como se merece, una vez más), Robin Wright posee ese magnetismo que hace que la cámara la adore en todo momento, en cualquier circunstancia. Ahora vuelve a ponerse delante de la cámara y también detrás. Su primera película como directora, 'En un lugar salvaje'. Una historia dura que ella narra de modo honesto y austero. Y que te deja con ganas de conocer los caminos que puede recorrer a partir de aquí como directora. 

Está en Filmin. 

viernes, 1 de octubre de 2021

Cerrar cines

Si se cierran definitivamente los cines, posibilidad que apunta hoy el periódico debido a la poca asistencia de público tras la pandemia, será una catástrofe. Lo será para algunas personas. Lo será para mí. Veo muchas películas en casa, de entonces y de ahora. Reviso clásicos, como es natural, aunque no me quedo anclado ahí. Se siguen haciendo buenas películas que se estrenan directamente en deuvedé o en plataformas. Pero nada es comparable a la sala de cine, a la pantalla grande, a la oscuridad. A esa expectativa que tienes sobre la película que has escogido para ver esa tarde, primera sesión. No se trata de literatura o de nostalgia. Es evidente que la memoria está ahí porque he ido muchísimas veces al cine a lo largo de mi vida. Estoy hablando del presente. De la semana pasada. De hoy mismo. A pesar de tantas circunstancias que han hecho de mí un hombre muy diferente a aquel adolescente que comenzaba a ir al cine, aún conservo cierta excitación por descubrir esa película elegida para ver en pantalla grande. En el camino que separa mi casa del cine más cercano (unos cinco kilómetros), esa excitación aumenta. Perder eso, sería perder demasiado. Y perder demasiado no es ninguna frase hecha. Es una realidad -dura, triste, desagradable, cansina- que me resisto a aceptar de nuevo. 

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Antonio Gasset

No importaba lo tarde que emitiesen el programa. Allí estábamos, semana tras semana, fieles a la cita con el cine y todas las cosas que lo rodean. No abunda ese tipo de inteligencia, elegancia y sarcasmo. ¡Cuánto aprendimos de su ironía, ingenio y talento! 

Inolvidables Días de cine. Parte fundamental de nuestro bagaje. 
Ya lo echábamos de menos desde que se jubiló. 
Hasta siempre, señor Gasset. 

lunes, 20 de septiembre de 2021

Un apunte sobre Mario Camus

El encuentro entre Charo López y José Sacristán en 'La colmena', la gloriosa adaptación de la obra de Cela, es un prodigio de elegancia y sutileza. La escena apenas dura cinco minutos, pero no la olvidas aunque la hayas visto cien años atrás. En eso, entre otras cosas, consiste el gran cine. 

Hay muchos ejemplos más de ese gran cine en la obra de Mario Camus. 
Uno de los grandes directores españoles: con sus silencios, su discreción, su austeridad, su literatura y su enorme talento. 
Cuánto hay que agradecerle. 

domingo, 19 de septiembre de 2021

Palabras de César Inclán sobre mis libros

Siempre agradecido a César Inclán, hombre de radio y cultura, por lo que escribe de mis libros. 
Apunta hoy: 

Dice el escritor ovetense Ovidio Parades que este invento le ha recordado que ha pasado ya un año desde aquel mágico momento lleno de emoción en que le llegaron en aquella caja de cartón los primeros ejemplares de su última novela "La noche se detiene", obra editada por la editorial asturiana Trabe, y en este precioso atardecer uno quisiera perderse otra vez entre las páginas de ese libro con la certeza que nos ofrece esta imagen de incomparable belleza. De Ovidio creo que he leído todos sus libros (cómo olvidar en este instante, puestos a citar, "El extraño viaje", "El tiempo que vendrá" o esa pequeña maravilla que es "Mujer en el bar"), así que sin atisbo de duda puedo afirmar que muy pocos autores como él consiguen narrar con tanta sensibilidad el universo femenino y todas esas pequeñas escenas cotidianas de nuestra vida, como ha vuelto a demostrar en su última novela que ahora recuerdo en esta noche que tal parece que se detiene, una novela que brilla con emoción como esa luz postrera del día en este pequeño rincón del mundo que es Muros de Nalón.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Annette

Cuando todo comienza con una canción, 'So may we star'. Una canción que lleva al protagonista al escenario donde se gana la vida haciendo reír al público con su particular sentido del humor (apoteósico Adam Driver en esas escenas del teatro que entusiasmarían a John Cassavetes), y a ella, la protagonista (frágil, intensa, poderosa Marion Cotillard), a las tablas donde representa una ópera y muere de manera magistral cada noche. Son tiempos felices. El público los adora. El amor está de su lado. Los medios de comunicación recogen esa felicidad. Y luego, aunque ya sabíamos que Leos Carax no iba a hacer un musical convencional, todo se va derrumbando. Los medios también recogerán eso. De la luz a la oscuridad. Y aparece la niña, Annette. Y con ella, muchas metáforas, muchos matices, muchas lecturas con doble sentido. El lado oscuro. El arte y su reverso. La codicia. La decadencia. Pero la música sigue sonando. De hecho, no deja de hacerlo casi nunca, mientras se suceden más cuestiones y problemas. Así, hasta el final. Ese final seco, tremendo, inolvidable. Cuando la música ya ha desaparecido. 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Septiembre 2021

Ayer, a última hora de la tarde, mientras preparaba la cena, escuché cierta algarabía en el descansillo. Trajín de maletas, risas resignadas y, de pronto, un portazo que amortiguaba todas aquellas voces. Los vecinos -no sé exactamente de qué piso- regresaban de sus vacaciones. Instintivamente, miré hacia el calendario. Septiembre. Me gusta que el verano sea verano en su tiempo (aquí, este año, esos cuatro días contados), y también me gusta septiembre. Primer paso hacia el otoño. El otoño de mis cincuenta años, ¡quién nos los iba a decir! El mes en el que, en cierto modo, más que en enero, todo comienza de nuevo. O casi. Siempre hay una renovación por insignificante que sea. Los años (y más aún, a lo largo de todos los meses que estamos viviendo desde marzo del año pasado) te van mostrando un camino en el que no conviene hacer grandes planes, se trate del mes que se trate. ¿Para qué? No tiene demasiado sentido. Paso a paso, día a día: que todo fluya a su ritmo. Ahora que ya ni los ritmos lentos nos desesperan. Tocar madera para que las cosas que están en su sitio continúen ahí el mayor tiempo posible, y cruzar los dedos para que las otras hagan sus necesarios movimientos. No hay más planteamiento. Pienso que, a estas alturas, cuando las dudas son cada vez más numerosas en casi todos los terrenos, saber eso no es saber poca cosa. Continuamos. 

lunes, 30 de agosto de 2021

La delgada línea azul

'La delgada línea azul', una de las últimas series que ha subido Filmin, es espléndida. 

Buenas historias, buenos intérpretes, buena música. 
En torno a unos cuantos policías y a los casos a los que se enfrentan cada día, cada noche.  
La vida misma: con sus miserias, sus fatigas, sus luchas, sus anhelos, sus pequeñas alegrías. 


domingo, 29 de agosto de 2021

Hombres de verdad

A mí no me extrañan las declaraciones de Arévalo: "Los hombres de verdad son los hombres que no son gays". ¿Qué íbamos a esperar de este intelectual? ¿Que se declarara entusiasta de Camus frente a Sartre, de Yourcenar frente a Duras, de Bergman frente a Visconti? Arévalo cumple con su papel, el papel de siempre: zafio, grosero, machista y homófobo. Ese clásico imbatible. 

Lo que me parece lamentable es que las televisiones cubran sus programaciones con este tipo de personajes y que encima les paguen por decir estas sandeces que provocan tanta indignación como sonrojo. (En el fondo, no deja de ser patético que un anciano tenga que recorrer platós diciendo estas cosas para sacar unos euros). Y más lamentable aún, que todavía haya "arévalos" por las calles y los bares ofreciendo gratuitamente las mismas o parecidas opiniones. A voces, en la mayoría de los casos.

lunes, 16 de agosto de 2021

Stillwater

Tom McCarthy, director de la muy notable 'Spotlight', regresa a los cines con su nueva película, 'Cuestión de sangre' ('Stillwater', en el original, tiene mucho más sentido y menos grandilocuencia que este desafortunado título en español). Y lo hace con una historia interesante y conmovedora, más allá de lo que apunta su tráiler. La lucha de un padre (Matt Damon, hermético y perfecto en su papel de hombre de la América profunda) para demostrar la inocencia de su hija ante una acusación de asesinato que está pagando con años de prisión. Viajará a Marsella, donde la joven está encarcelada, y todo comenzará a complicarse. McCarthy mantiene el ritmo durante (casi) todo el tiempo. Ese casi se subsana enseguida. Y en esa historia que discurre paralela a la trama original, en su relación con una actriz de teatro (Camille Cottin, excelente en su papel de mujer comprometida) y su hija de nueve años, reside lo mejor de la narración. No importa tanto quién es el asesino como el viaje que se recorre para averiguarlo. Un viaje en el que merece la pena adentrarse. 

(Y antes de la película, el tráiler de 'Annette', lo nuevo de Leo Carax, lo promete todo. Veremos.)

domingo, 15 de agosto de 2021

Una cuestión de memoria

Una de las calles de mi infancia. La calle donde vivía mi amiga Loli. Estamos ahí, sentados en una terraza. Es sábado. Anochece ya. Se levanta una especie de aire de finales septiembre que vuelve a recordarnos el verano tan lamentable que estamos teniendo por aquí (llueve de nuevo mientras escribo). Es hora de irse. Antes de hacerlo, levanto la vista y la dirijo al edificio donde vivía mi amiga. A su terraza, a las ventanas. Una de ellas, la del salón, está entreabierta. Y de repente la veo allí, en su pequeña terraza. Lleva un vestido de flores, sin mangas. El pelo rubio y un poco alborotado, como si hubiese hundido la cabeza en un cojín mientras veía una película por televisión. Saluda con la mano y sonríe. Dice algo que no logro escuchar y luego, al darse cuenta de que no la entiendo, hace un gesto con la mano que indica que hablaremos pronto por teléfono. El camarero regresa con el cambio y da las gracias. Y entonces me doy cuenta de que mi amiga ya no está allí, en su pequeña terraza. Ya no hay -como entonces- saludo, ni sonrisa, ni gesto con las manos. No habrá llamada telefónica. Mi amiga ya no está. Hace tres años y medio que no está. Y sin embargo, con todo, sigue estando. Entonces, ahora. No es una situación extraña. Solo se trata de cierto orden natural. Una cuestión de memoria, por encima del tiempo. 

miércoles, 11 de agosto de 2021

Provocación

¿Provocación? ¿Dónde está la provocación? Siempre está en el ojo que mira, no en lo que se muestra. A los veinte años (principios de los noventa), en esta misma ciudad, llevaba el pelo largo, más allá de la media melena. Alguna gente decía: eres un provocador. ¿Yo?, preguntaba perplejo. En absoluto. Yo solo hacía lo que me daba la gana, llevar el pelo largo, sin molestar a nadie. La provocación estaba en el ojo que miraba. Como ahora, con el cartel de la película de Almodóvar, que me encanta y donde, una vez más, no veo provocación de ningún tipo. 

Es tu ojo el que ve la provocación (siempre está en los mismos ojos y en los ojos que siguen la cuerda a esos ojos, ahí reside un problema mayor aún). No está en la imagen de un pezón. 
Resulta un poco triste explicar estas cosas a estas alturas, la verdad. 

jueves, 5 de agosto de 2021

El chico más bello del mundo

Antes de empezar el rodaje de 'Muerte en Venecia', Luchino Visconti se dedicó a buscar por diferentes países al joven que debía interpretar a Tadzio. "Qué difícil es mirar", escribe Peter Handke. Visconti contradijo entonces el sentido de esas palabras que escribiría más tarde el Nobel. Nada más verlo, supo que se trataba de él. Björn Andrésen, un chico de una belleza tan extraordinaria como inquietante, que había acudido al encuentro dado el empeño de su abuela por convertirlo en alguien famoso. Los ojos grises, la mirada turbia, el pelo rubio. A partir de ahí (o más bien a raíz del estreno de la película), comenzó su tormento.  Se convirtió en una especie de icono gay, algo que no le interesaba en absoluto. Se convirtió en el centro de todas las miradas, algo que tampoco le interesaba lo más mínimo. Comenzaban las luces y las sombras. Los altibajos emocionales. Las consecuencias de convertirse en quien no se desea. La mala suerte. 

'El chico más bello del mundo' es un brillante y demoledor documental sobre la belleza, el paso del tiempo, el éxito que llega demasiado temprano, los golpes de la vida, la supervivencia y la decadencia. La historia de un hombre perdido que ahora, por fin, puede contarlo. 

sábado, 31 de julio de 2021

La vida pequeña, de González Sainz

'La vida pequeña' es una maravilla. Es cierto que no se trata de algo nuevo: todos los libros de José Ángel González Sainz lo son. Libros para leer despacio, para saborear lentamente, para reflexionar sobre la vida y sus complicaciones. También sobre el deseo, los deseos. El deseo de escapar, por ejemplo. O sobre esos paisajes donde nos gustaría perdernos más pronto que tarde (escapar, escapar). Y observar desde allí, desde una rutina que intenta huir de la angustia, este mundo que ya va tirando hacia algo peligroso y absurdo. Viejos fantasmas que no se han ido. Un presente conflictivo. Un futuro más incierto que nunca. Y sobre todo ello, como una especie de alivio, la voz de los poetas. La voz del propio González Sainz.

Me alegra que en un par de meses haya llegado a la tercera edición. No todo está perdido, pequeño alivio.

jueves, 29 de julio de 2021

El cover

Un puñado de músicos intenta sobrevivir imitando a otros músicos en las noches de Benidorm, que son el reverso de las horas de playa, las resacas, los desayunos continentales y las copas al borde del mar o de la piscina. Saben que nunca van a grabar un disco ni actuarán en el Radio City Music Hall, pero sueñan que en las noches de gloria, bajo un cielo lleno de estrellas, la mismísima Liza Minnelli los está observando. Cada uno tira hacia delante como puede, como le dejan. Y, en última instancia, como quiere. Todo resulta complicado. Hay mucha gente con talento. Pero lo esencial es seguir a flote y que la dignidad también siga ese camino, que no termine estrellada en una cuneta cualquier noche demoledora. La música contra el fracaso y los amaneceres, con sus luces tambaleantes y un poco peligrosas, como último refugio antes de irse a dormir. 
'El cover', ópera prima del actor Secun de la Rosa, refleja muy bien las luces y las sombras de esos artistas, hombres y mujeres cuyo público (extranjero, en su mayoría) bebe gintonics en sillas de plástico y su piel aún huele a bronceador. y salitre Todos los intérpretes, encabezados por el siempre en alza Álex Monner, están espléndidos. A destacar esa grandeza de Carmen Machi, Juan Diego y Susi Sánchez que no conoce límites. 
Resistir, pronunciada en inglés o en castellano, sigue siendo la única opción cuando los focos se apagan y las cosas no salen como se había imaginado. Resistir, esa palabra. Esa actitud.  

domingo, 25 de julio de 2021

De madres y fotografías

Pensemos en la imagen. Una pequeña localidad alemana arrasada por las inundaciones. Casas derribadas. Enseres enfangados. Intimidad destruida. Y en medio de este panorama desolador, dos días después de la tragedia, cuando parece que el sol vuelve a asomar tímidamente, una mujer. Una mujer, según cuentan en la radio, que quiere adentrarse en ese escenario apocalíptico para recuperar las fotografías que tenía de su madre. ¿Dónde estarían esas fotografías?, me pregunto al escuchar la noticia. ¿En una estantería, en una mesa de trabajo, en una pared? Puede que estuvieran en el interior de una carpeta, de una revista o de un libro muy manoseado. Podría tratarse de uno de esos libros a los que recurrimos habitualmente, señalando tal vez un poema que evocase la figura de la madre. No lo sabemos. La noticia no entra en esos detalles. Por eso, y porque no puedo quitarme esa imagen de la cabeza, lo imagino. Una pequeña localidad arrasada. Una mujer adentrándose en el barro, pisando ramas de árboles caídos, esquivando tejas y otros elementos que podrían hacerla resbalar y caerse. Una mujer que lo ha perdido todo. Una mujer, en medio de todo ese caos, con una idea fija: recuperar las fotografías de su madre.

La historia también se va conformando con imágenes así. 

martes, 20 de julio de 2021

Vacuna

Doy las gracias, faltaría más, a la sanidad pública porque somos afortunados y justo es reconocerlo tantas veces como sea necesario. Tenemos acceso a las vacunas que nos protegen de ese dichoso virus que, al hilo de los nuevos datos pandémicos, resulta ya más cargante que aquel alien que atormentaba a la pobre Sigourney. Que, dicho sea de paso, lucía tan esplendorosa con aquellas minúsculas bragas como en el cartel del festival de San Sebastián de este año. La Weaver ya tiene el Donostia, pero, como a Glenn, le falta el Oscar. A ver si alguien nos escucha (ilusos) y convertimos a estas mujeres en trending topic antes del juicio final. Agradecimiento total al personal sanitario que tanto esfuerzo está realizando. Todo homenaje se queda corto. Mi aplauso, y poca cosa es ya, a ese sanitario que le dijo a un tipo en el metro que se pusiese la mascarilla y casi pierde la vista tras recibir varias agresiones del tipo en cuestión. Apunte: ¿no se deberían controlar más esta clase de situaciones, tan cansinas ya como el propio virus? 

Ya estoy ahí, saliendo del recinto hospitalario, con la segunda dosis de la vacuna (Moderna) puesta. La vida está llena de problemas que se añaden a otros problemas (me los voy a callar todos), pero luce el sol y estoy bien acompañado. No voy a la playa porque sol y vacuna puede que no sea una buena combinación. No voy a beber cerveza por el mismo motivo. No pasa nada. Tengo la pauta completa. Soy afortunado en este sentido. Me siento en un rincón a la sombra. Leo. Damos un largo paseo. Entro en una librería y echo un vistazo a las memorias de Tove Ditlevsen, que hoy reseña Elvira Lindo en Babelia. Las compraré en cuanto pueda, pienso. Dejo pasar las horas con tranquilidad. Nada. Ningún efecto secundario. A las diez de la noche, casi doce horas después de ser vacunado, todo está en orden. Ni siquiera estoy cansado. 
Alrededor de las once y media, poco después de acostarme, comienza la fiesta. Sudores, escalofríos, dolor de cabeza, garganta reseca... Treinta y ocho y medio de fiebre. Tomo el paracetamol indicado. En Radio 5, al fondo, un chico canta a capella una canción de la Jurado. Es lo último que escucho antes de quedarme dormido. Me duermo y me despierto, voy y vengo, sueño cosas raras, bebo agua. Me duele todo el cuerpo. Paso una noche infernal. El día no resulta mucho mejor. Intento entretenerme con alguna serie. Intento juntar palabras en la cabeza para escribir algo sobre la Bardem. Intento contestar algunos wasaps. Intento leer un poema de Louise Glück (siempre me tranquilizan sus palabras). Me quedo dormido. Me despierto. La fiebre sube y baja. Más paracetamoles. Muchos botellines de agua. El impacto sigue ahí. Qué sensaciones tan desagradables. Me quedo dormido, finalmente.
Me despierto a las siete de la mañana. No tengo fiebre. Tengo el cuerpo algo cansado, pero ya ha pasado todo. Bebo café. Abro la ventana. Escribo sobre la Bardem. Salgo a pasear. El mundo sigue en movimiento.   

lunes, 19 de julio de 2021

La Bardem

Un puñado de gloriosas interpretaciones. Una galería memorable de secundarias. Cómicas o trágicas. Más bien trágicas, haciendo balance. Con esa mueca entre el dolor y el sarcasmo. El sarcasmo para vencer el dolor. A la Bardem, con aquellos ojos y aquella manera de interpretar, no le hacía falta hablar, pero si lo hacía, si hablaba, con aquel vozarrón maravilloso, el placer del espectador se duplicaba. Todo eso, sí, que no es poco. Y luego esa pareja inolvidable que, bajo la batuta de Agustín Díaz Yanes, formó con Victoria Abril en 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto'. Las escenas con Abril y también los paseos con María Asquerino. La dignidad de los perdedores. La fuerza para salir de la miseria, de todas las miserias. "El verbo echar echa la hache por la ventana", le decía a Abril, su nuera. Y estremecía (estremece en cada nuevo visionado de la película) escuchar esa frase. La dignidad de los perdedores, la fuerza para salir de la miseria, etcétera.

Mucha Pilar. Mucho recorrido. Mucho arte. 
La Bardem. 

martes, 13 de julio de 2021

Pensar en Chabrol

Pensar en Claude Chabrol es pensar en los desaparecidos cines Clarín, donde proyectaban casi todas sus películas. Pensar en Claude Chabrol, de repente, es pensar en pasiones arrebatadas, asesinatos, juegos perversos, turbios triángulos, lucha de clases, animales heridos y en pequeños detalles que dejan al descubierto los más bajos (o rastreros) instintos. Pensar en Claude Chabrol es pensar en Stéphane Audran. Y en Isabelle Huppert, naturalmente. Y en Sandrine Bonnaire, y en Jacqueline Bisset. Y 'La ceremonia', protagonizada por estas tres últimas y magníficas actrices (tan diferentes entre sí las dos primeras y que tan bien se complementan en esta historia), es la película a la que quería llegar. Anoche, veinticinco años después de su estreno, volví a verla. Todo sigue en su sitio. No ha envejecido en absoluto. Sigue siendo una pieza maestra. Con la historia escrita por Ruth Rendell como base y los ecos de 'Las criadas' de Jean Genet al fondo, todo encaja de manera magistral. Arriba y abajo. La gente cultivada y la gente analfabeta. La gente con dinero y la gente sin él. La gente con suerte y la gente sin ella. Arriba y abajo, sí. De hecho, ese plano donde Huppert y Bonnaire, desde el piso superior de la casa, perdidas ya en su locura, observan a la familia que se deleita con la ópera de Mozart, define a la perfección la película. Violencia y muerte. Y ese detalle final que hiela y delata. Un clásico. 

jueves, 8 de julio de 2021

Y de repente esta lluvia

"Y de repente esta lluvia", palabras que pertenecen a un poema de Jack Gilbert. "Suddenly/ This rain". Y que también dan título a un magnífico libro de relatos de Sergio Royo. "Y de repente esta lluvia" es también lo que dices una tarde de julio en esta ciudad, cuando estás preparándote para salir a dar un largo paseo y tomar luego una cerveza en una terraza sin demasiada gente y olvidarte de tanto ruido y tantas malas noticias como están sucediendo estos días (hartazgo infinito). Y de repente esta lluvia, sí, que se transforma en granizo, a las cinco de la tarde de ese día de julio que de repente se convierte en un día de diciembre. Ya no hay nada que hacer respecto al paseo y a la cerveza. La tarde, en este sentido, está perdida. Y hay que encender la luz porque el granizo también trae oscuridad y asimilar que aquí, en el norte, lo mejor es no hacer muchos planes, por sencillos que parezcan. Y abres la ventana y te consuelas con ese olor que remite a tantas tardes de verano como ésta, y buscas un refugio (un libro, una serie, una película), pero ya nada será lo mismo. Lo que quieres es pasear y no hundirte en el sofá, beber cerveza helada y no chocolate caliente, luz (mucha luz) y no tiniebla. Lo que quieres para el verano son días de verano. Numerosos días de verano. Sol, calor, pereza. Hasta que ya no puedas más, y entonces sí, desees encender la luz cuando el granizo arrastre oscuridad y sentir cómo reconforta la lluvia. "Los matices del olor de lluvia", dice Royo en una de sus historias. "Los matices del olor de lluvia. Diferentes formas de vivir". 

Now/ Suddenly/ This rain. 

martes, 6 de julio de 2021

Semana Negra

He estado en la Semana Negra buscando libros, asistiendo a presentaciones, trabajando como librero... Este año estaré firmando ejemplares de 'La noche se detiene'.

Será el sábado, de 17,30 a 19,30.
Si os apetece, allí nos vemos.

domingo, 4 de julio de 2021

Destello bravío

Lo diré claro desde el principio: 'Destello bravío', de Ainhoa Rodríguez, es una película brutal. Insólita en estos tiempos, y brutal. Un reflejo sobre la incomprensión, el aislamiento, la soledad. Sobre la España profunda y la tiranía del atraso. Sobre la aridez de la tierra y la aridez de sentirse perdido. Sobre aquellos susurros que partían entre visillos (pero a lo bestia). Sobre el machismo. Sobre la violencia. Sobre mujeres que quieren huir y no pueden. Sobre mujeres poseídas por la fuerza de un deseo tantas veces reprimido (¡qué escena tan memorable: esas mujeres a cámara lenta sintiendo todo ese ardor!). Sobre la oscuridad. Roza, por momentos, lo terrorífico. La música contribuye a ello de forma deliberada. No importa que sea de noche o de día: el terror está ahí, de una forma u otra. Y también la violencia. 

Un puñado de vidas rotas. O a punto de romperse. 
Una historia que a ratos parece un documental. Una historia que conmueve y que debería hacer reflexionar sobre los estragos de unas épocas que tendrían que haber quedado atrás hace muchos años. 
Hay que verla.  

lunes, 21 de junio de 2021

El último verano antes de cumplir los 50

Verano. La lluvia del norte y la luz del sur. El cine al aire libre y el cine que ya no existe. El primer sorbo de cerveza helada. El sabor de la tortilla de patatas bajo el sol. La arena que se coló en el papel Albal. Los primeros amores y los primeros deseos. Sylvia Plath en la playa de Benidorm. El mismo mar de todos los veranos (libro), tan manoseado. El bañador de Elizabeth Taylor en aquel último verano. Y también el de Burt Lancaster en todas aquellas piscinas. El mismo mar de todos los veranos, sin metáforas. Nadar de noche. La piel caliente y la risa que te libera. Las manzanas verdes y las manzanas doradas de Eudora Welty. Los días largos y las noches sin fin. Levantarte temprano para escribir (hoy mismo) y que el amanecer te sorprenda de repente (ahí está). La humedad en los dramas de Tennessee Williams y la humedad en la piel. Verano y humo. Verano y vértigo. El crucero de verano de Truman Capote. Otras voces, otros ámbitos. La literatura siempre termina venciendo al insomnio. Esa música que viene de un lugar indeterminado. Expectativas, miedos, ilusiones, incógnitas. El comienzo del curso, aún tan lejano. Desear con fuerza que todo siga igual y desear con la misma fuerza que algunas cosas vayan cambiando. El verano y todos sus días por delante. La inquietud que solo él sabe convertir en serenidad. El primer día de verano. El último verano antes de cumplir los 50. Y nada pasa, nada, excepto la vida (Marguerite Duras). 

sábado, 19 de junio de 2021

Gena Rowlands cumple 91 años

Una actriz y un espejo. Una actriz que, más que mirarse en ese espejo, lo que desea es adentrarse en él y retroceder en el tiempo. De hecho, lo que más le gustaría es romper el dichoso espejo con una botella de J&B, tras beberse su contenido y fumarse media cajetilla de tabaco. Una actriz con problemas a la hora de enfrentarse a su nueva obra de teatro. A todos los cambios relacionados con la edad. Una actriz que interpreta a una actriz con todos esos problemas. Gena Rowlands, que hoy cumple 91 años, es esa actriz. Una interpretación magistral, llena de furia y contención, silencios y matices. 'Opening night', de John Cassavetes. Lo demás ya es historia. 

Una extensa carrera. Los años con Cassavetes, los años posteriores a Cassavetes. La elegancia, la belleza, la sabiduría, la serenidad. Las películas para televisión. La primera historia que se rodaba donde se hablaba abiertamente sobre el sida y sus consecuencias (la enfermedad, el miedo, el rechazo de la sociedad). La joya que rodó con Woody Allen. Los quince gloriosos minutos con Jim Jarmusch. La dignidad de las abuelas de la última etapa. El Oscar Honorífico. Y, finalmente, el retiro. 
Historia del cine, ya digo. Con mayúsculas.  
Una imagen única para mitómanos: sus paseos por San Sebastián con Lauren Bacall cuando visitó el festival para presentar una retrospectiva de Cassavetes y Bacall hacía lo propio para recoger su Donostia (premio que, dicho sea de paso, también tendría que haber ido a parar a sus manos). 
Otros tiempos. 

miércoles, 16 de junio de 2021

La noche se detiene en LibrOviedo 2021

Escribir es algo complicado y maravilloso. Escribir novelas, para mí, es adentrase durante meses en un territorio desconocido. Un viaje fascinante, pese a esas complicaciones, que a veces no sabes muy bien hacia qué lugares te llevará y otras veces lo sabes perfectamente. La vida discurre paralela a esa historia que vas creando, pero esa historia se apodera de todo. El día que pones el punto final te sientes liberado y triste a la vez. Aunque comience otro, y la vida continúe, ese viaje solitario ya ha terminado. Y comienza otro viaje. Un viaje compartido que te llevará hacia otras voces, hacia otros lugares. 

LibrOviedo, hoy, es uno de esos lugares. Allí os espero. Os esperamos. Con David Orihuela y Esther Prieto. 

martes, 15 de junio de 2021

Entre nosotras

Puertas cerradas. Puertas que solo se abren en determinados momentos. Silencios. Secretos. Los problemas que siguen teniendo algunas mujeres para que sus familias acepten sus relaciones amorosas con otras mujeres. Esos miedos. Bailes en penumbra que compensan de todas las complicaciones. Bailes donde se nombran algunos deseos por cumplir. Un sueño. Una música. Una ciudad. 

Y el baile, qué complicidad, de la siempre fascinante Barbara Sukova y la espléndida Martine Chevallier. A rostro descubierto. 
Sutileza, sensualidad, matices. 
'Entre nosotras', de Filippo Meneghetti. 

domingo, 13 de junio de 2021

Recordando a Montserrat Roig

A veces, aunque esté leyendo otras cosas, me acerco a la estantería donde se encuentran los libros de Montserrat Roig y cojo su 'Diario abierto 1990-1991' y releo una o dos entradas, y descubro que, a pesar de los más de treinta años transcurridos desde que las escribió, sus palabras no han envejecido. Posicionamientos vitales que siguen vigentes. Agudas observaciones del mundo que la rodeaba. Reflexiones al hilo de lo cotidiano. Todo eso está en ese libro manoseado y, lamentablemente, difícil de encontrar. El trabajo de una mujer lúcida, comprometida, abierta, dialogante, feminista, viajera, inquieta, cosmopolita, muy estudiosa. Una mujer en constante movimiento que hoy hubiese cumplido 75 años y que luchó mucho para convertirse en lo que quería ser: una escritora. Una escritora respetada. "No hay nada que te compense tanto como escribir", solía apuntar. 

Debate publicará próximamente una selección de sus artículos. 

jueves, 10 de junio de 2021

Presentación en LibrOviedo

El próximo miércoles, a las 18 horas, charlaré en LibrOviedo (ubicado este año en la Plaza Porlier) con el periodista David Orihuela sobre 'La noche se detiene' y sobre lo que vaya surgiendo.  

Con todas las medidas de seguridad correspondientes. 

Queda todo el mundo invitado. 

viernes, 4 de junio de 2021

Vacuna

Un brazo desnudo, una aguja. La sonrisa que se intuye bajo la mascarilla de la enfermera. El labio trémulo que percibes bajo la tuya. Una palabra amable. El pinchazo. El líquido deslizándose por la jeringuilla, introduciéndose en tu cuerpo. El escozor en la piel. El labio trémulo que se retrae. ¿Qué escribiría de todo esto Wislawa Szymborska? De repente, sin despedirte aún de la enfermera, te haces esa pregunta. Pero ya no estás ahí. El coche ha arrancado a toda velocidad y te ha llevado lejos. Al tiempo anterior a todo esto. A la playa de tu infancia. Al cine desaparecido. Al rostro de tu madre. Al callejón de los primeros besos. A la sombra de aquella higuera. A la luz. A la oscuridad. Al silencio. A las palabras por escribir. 

Sabes que estás en todos esos lugares. Y sabes que estás en ese coche porque una ráfaga de viento caliente despeja por unos instantes algunas incertidumbres. 
Pronto regresará la lluvia. 

miércoles, 2 de junio de 2021

Otra vez Glenn

Una mujer que ha buscado su lugar y, con esfuerzo, lo ha encontrado. Una mujer con una casa, un trabajo, una relación de pareja estable. Una mujer que también es una madre. Una madre empeñada en sacar a su hija, drogadicta reincidente, del infierno. Una madre que tiene el rostro de Glenn Close, que es el rostro de una mujer normal y corriente de cualquier pueblo, de cualquier ciudad del mundo. Una mujer que grita, se enfada, maldice, lucha, ríe. Se desvive por lograr su empeño. Quizá lo consiga o quizá no. Hay que ver la película. '4 días', de Rodrigo García. Hay que ver a Glenn Close, comiéndose el marrón de su hija y la pantalla, para comprobar una vez más lo que es: una actriz descomunal (esos ojos vidriosos, esos labios apretados por la impotencia, esa manera de moverse). Y el Oscar, si acaso, para la próxima vida. 

sábado, 22 de mayo de 2021

Los entresijos de la escritura

Truman Capote dijo que escribir era algo parecido a alzar la mano, rebuscar entre las nubes y plasmar el hallazgo en un papel. Truman Capote conoció bien la inspiración y también, por desgracia, la falta de ella. Las dos caras del proceso creativo, vividas en diferentes etapas de su vida y en circunstancias opuestas: el joven creador con enorme talento y el hombre devastado por el éxito, las drogas y el alcohol. El hombre con ganas de comerse el mundo y el hombre, por así decir, devorado por sí mismo. Pero vamos a quedarnos con las primeras palabras. Alzar la mano, rebuscar entre las nubes y plasmar el hallazgo en un papel. O sea: una manera más o menos poética de decir que la escritura no es un camino recto. Nunca sabes lo que te puedes encontrar rebuscando entre las nubes (metáfora de la imaginación, de la memoria: de lo inventado, de lo vivido). Ahí está el misterio, la incógnita. Las claves del juego. Y dentro de ellas, todos los ingredientes del proceso creativo. Los entresijos de la escritura, finalmente. 

De todo ello, aderezado con múltiples e importantes ejemplos literarios y cinematográficos, nos habla Cristina Sánchez-Andrade en un diálogo (numerosos diálogos) con Alberto Echevarría, que fue alumno de la autora de 'Las Inviernas' o 'El niño que comía lana' y que ahora también es escritor. Plasman sus respectivas impresiones, ideas, dudas y sensaciones en un libro delicioso: 'Escribir un árbol, plantar un hijo y tener un libro', publicado recientemente por la editorial Triacastela. 
No es un libro ligero o apresurado que recoja al tuntún las palabras de ambos. Ni de un manual para escribir bien. No se trata de eso en absoluto. Es un libro complejo, ameno, bien argumentado y bien construido sobre la escritura, sus miedos, sus inseguridades, sus contradicciones, sus misterios. Sobre el placer y, a veces, el dolor de dejar en el papel la historia que quieres contar, la que debes contar, la que se te aparece para ser contada. La que encuentras alzando la mano y revolviendo entre las nubes, por decirlo de nuevo al modo del autor de 'Música para camaleones'. 
Un libro para leer pausadamente, casi como si se tratase de unas memorias sobre la escritura, su proceso y su resultado. Sobre el momento en el que surge la idea (la mano alzada de Capote hacia las nubes) y el momento en el que se tiene frente a frente el resultado, y ya no hay marcha atrás. Sobre ese largo (tortuoso y apasionante, dependiendo del momento) camino. Sobre todas esas búsquedas.   

viernes, 21 de mayo de 2021

Brines y el último aplauso

Tristeza por la muerte de Francisco Brines. Y un par de reflexiones. El otro día, tras recibir el Cervantes en su casa, me conmovió especialmente una imagen del poeta prácticamente sujetado por la reina Letizia. Su cuerpo era frágil y su rostro reflejaba mucho cansancio. El cansancio acumulado por las enfermedades y por una vida muy larga. Entonces, como hoy, me pregunté: ¿no es posible que toda la gente merecedora de un galardón tan importante lo reciba en el momento en el que aún pueda disfrutar de él? Hace diez años, pongo por caso, la carrera de Brines ya estaba hecha, ya era merecedora del premio. Por otro lado, al enterarme de su muerte, recordé a Bette Davis, que falleció quince días después de recibir, también muy deteriorada, el Donostia. Poco pudo disfrutar de él. Sin embargo, con aquel importante reconocimiento se fue como lo que era: una actriz inmensa. Una actriz inmensa recibiendo el último y más que merecido aplauso.

Así se fue Brines, frágil y cansado como aparecía en aquella imagen. Y con el eco cercano de otros aplausos, tan merecidos como los de la actriz americana.  
Se llevan la ovación, a pesar de la tardanza. Nos dejan sus impecables trayectorias

martes, 18 de mayo de 2021

Habitaciones en penumbra y Franco Battiato

Habitaciones en penumbra. Manos que trazan palabras y encienden cigarrillos. Puede que los caminos estén marcados, pero eso aún se desconoce. Hay una ligera luz que se cuela del exterior. Hay una música que suena en el tocadiscos. Hay una voz, la de Franco Battiato, que expresa melancolía y también esperanza. ¿Qué clase de esperanza? No lo sé. Sí lo sé: esa clase de esperanza que te lleva lejos. Muy lejos. La combinación de ambos conceptos resulta extraña y gratificante. Puede que la melancolía sea, por momentos, más poderosa. Puede que solo se trate de la última percepción de la madrugada. Los veranos están por venir, los veranos ya se han quedado atrás. Vendrán otros veranos, eso es seguro. Muchos veranos, con suerte. ¿Qué nos ofrecerán? No hay respuesta para esa pregunta, todavía. Volverán a quedarse atrás. Un verano tras otro (muchos veranos, con suerte). Pero antes, durante algunos de los más luminosos, quizá haya otras habitaciones, también en penumbra, donde esa misma voz, la de Franco Battiato, sea utilizada como banda sonora. Dos cuerpos que, tras la danza, ya están allí, a salvo. Dos cuerpos sin ropa ni máscaras. Solo las palabras de esas canciones (esa voz que expresa melancolía y esperanza, ya no importa el orden), justo en ese instante. El descubrimiento de dos cuerpos desnudos. El deseo. Los secretos. Los silencios. Solo esas palabras. La banda sonora de unos años que se volverán esenciales. Años que se recordarán. Que se perderán en la memoria. Que volverán a recordarse y volverán a perderse. Hasta que una mañana lluviosa todo regresa de golpe (otra vez) y, entonces sí, la melancolía ya es más fuerte que la esperanza. Era inevitable, y lo sabíamos. Era la juventud perdida, la cara B de todos los juegos.   

viernes, 14 de mayo de 2021

Justo Sotelo sobre La noche se detiene

El escritor Justo Sotelo escribe cada mañana en sus redes sociales una brillante columna donde tienen cabida las cosas que nos importan. Literatura, música, arte, sensaciones, pequeños detalles, retazos de vida... Hoy dedica sus palabras a 'La noche se detiene'. 

"La noche se detiene" es una especie de crónica del desamor y de asunción de cierta derrota vital cuando estás llegando a los 50. Es lo que le ocurre a Julia, una licenciada en Historia que cuida por las noches de una mujer mayor que le pide que termine con su vida. Y esa noche el tiempo se detendrá para ella, se llenará de recuerdos y pensamientos, tragos de whisky e imágenes oníricas y reales. El texto está muy bien escrito, con suma y acertada sencillez, puesto al servicio de una historia contada en primera persona casi como un flujo de conciencia en ocasiones desgarrador y otras con forma de balada, como la de Waits en busca del corazón de un sábado por la noche, a pesar de que sea jueves, como sucedió ayer. Ya en casa busqué la portada original del disco de Waits, de 1974, y leí que es un homenaje a la portada del disco de Frank Sinatra de 1956 "In the Wee Small Hours". Los temas del álbum tratan asuntos relacionados con la soledad, la introspección, los amores perdidos, las relaciones amorosas fallidas, la depresión y la vida nocturna, y se le considera uno de los primeros discos conceptuales, un término que también podría aplicarse a la novela de Parades, ya que aborda esos mismos temas.