A veces, aunque esté leyendo otras cosas, me acerco a la estantería donde se encuentran los libros de Montserrat Roig y cojo su 'Diario abierto 1990-1991' y releo una o dos entradas, y descubro que, a pesar de los más de treinta años transcurridos desde que las escribió, sus palabras no han envejecido. Posicionamientos vitales que siguen vigentes. Agudas observaciones del mundo que la rodeaba. Reflexiones al hilo de lo cotidiano. Todo eso está en ese libro manoseado y, lamentablemente, difícil de encontrar. El trabajo de una mujer lúcida, comprometida, abierta, dialogante, feminista, viajera, inquieta, cosmopolita, muy estudiosa. Una mujer en constante movimiento que hoy hubiese cumplido 75 años y que luchó mucho para convertirse en lo que quería ser: una escritora. Una escritora respetada. "No hay nada que te compense tanto como escribir", solía apuntar.
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