lunes, 19 de julio de 2021

La Bardem

Un puñado de gloriosas interpretaciones. Una galería memorable de secundarias. Cómicas o trágicas. Más bien trágicas, haciendo balance. Con esa mueca entre el dolor y el sarcasmo. El sarcasmo para vencer el dolor. A la Bardem, con aquellos ojos y aquella manera de interpretar, no le hacía falta hablar, pero si lo hacía, si hablaba, con aquel vozarrón maravilloso, el placer del espectador se duplicaba. Todo eso, sí, que no es poco. Y luego esa pareja inolvidable que, bajo la batuta de Agustín Díaz Yanes, formó con Victoria Abril en 'Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto'. Las escenas con Abril y también los paseos con María Asquerino. La dignidad de los perdedores. La fuerza para salir de la miseria, de todas las miserias. "El verbo echar echa la hache por la ventana", le decía a Abril, su nuera. Y estremecía (estremece en cada nuevo visionado de la película) escuchar esa frase. La dignidad de los perdedores, la fuerza para salir de la miseria, etcétera.

Mucha Pilar. Mucho recorrido. Mucho arte. 
La Bardem. 

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