jueves, 28 de septiembre de 2023

Lo único que tiene sentido

A veces, como es natural en una ciudad pequeña en la que llevo viviendo casi cincuenta y dos años, me encuentro con gente conocida que se interesa por mi estado, que me abraza (como Nieves, el otro día, y sobran las palabras porque ella, tan tremenda y tan sensible como es, sabe y yo sé), que me dice cosas bonitas como ayer hizo Ovidio Sánchez, profesor de la infancia al que mi madre y yo solíamos encontrarnos a menudo (vivimos por la misma zona). "Luchaste como un campeón por ella". Y me emociono porque la herida sigue abierta y duele mucho. Abrasa sentir el peso de la orfandad. Pero sé que esas palabras que dijo el profesor son ciertas. Y eso, dentro de la inmensa tristeza en la que habito (a veces, sólo a veces, consigo distraerla un rato con películas y libros tan buenos como los de Ernesto Calabuig, Elena Casero, Muñoz Molina, Ian McEwan -por citar algunos de los últimos que han entrado en casa- o Francisco Alba, cuyos poemas releo constantemente), me produce una serenidad que sería muy compleja de definir. Una serenidad que, en cualquier caso, me reconforta. Porque sí, hice por mi madre todo lo que pude. Lo mismo que hizo ella por mí hasta el final. Cuidarnos mutuamente. Y si algo tiene sentido en esta vida sin sentido alguno, es precisamente eso.   

miércoles, 27 de septiembre de 2023

Terenci Moix, veinte años después

Terenci Moix fue un escritor fundamental para el joven de provincias con ansias de conocimiento y libertad. No sé si esto continúa siendo así, pese a la reciente reedición de sus monumentales memorias. Creo que no. Y pienso que puede ser debido a que el personaje devoró, en gran medida, al escritor. O que los tiempos son otros. Aunque no tanto: la discriminación, en todos los aspectos, a las personas homosexuales sigue vigente. Por eso, entre otras razones, aún sigue emocionando el recuerdo de aquella entrevista que Mercedes Milá le hizo al escritor donde hablaba con toda naturalidad de su homosexualidad en una España que, dejando a un lado las grandes ciudades, todavía no podía sacar demasiado sus sentimientos a relucir sin ser señalado, insultado o rechazado. Los tiempos, sí, han cambiado (aunque, en el fondo no tanto), pero esos otros de los que hablo no se encuentran tan lejos. Pienso en todo esto después de ver el documental de Filmin sobre la figura de Moix, 'Terenci. La fabulación infinita'. El documental está bien hecho: es dinámico y entretenido, tiene imágenes de archivo jugosas para el mitómano, aparecen grandes personalidades hablando de su relación con él. ¿Qué pasa entonces? Que, a mi juicio, se centra demasiado en el personaje y no en el escritor. Eso se echa de menos en este trabajo cuyas pretensiones no creo que fuesen hacer un simple 'Lazos de sangre'. Qué libros escribió y en qué momento concreto de su vida. Cómo era su relación con esas mujeres que tanto le inspiraron (visto desde un plano literario, no tan personal: es decir, los motivos y los momentos que le inspiraron Nuria Espert y otras actrices, y no las cenas compartidas y lo que pagaba por ellas, por ejemplo). Su necesidad de viajar, de conocimiento constante, presente en cualquiera de sus textos. Sus artículos en los periódicos (desperdigados, difíciles de encontrar), etcétera. Hacer un repaso a todo eso no hubiese estado mal, aunque el documental hubiese sido más largo o hubiese recortado ciertos detalles que, en fin, son jugosos, pero no definitivos para rescatar como es debido su obra o resaltar su importancia literaria. O la parte esencial de esa obra. Como unas cosas llevan a otras, descubrí que este ensayo, 'Terenci en U.S.A.', prácticamente inencontrable, está traducido al castellano, cuando yo pensaba que sólo existía la edición catalana. Está escrito en 1974 y parece que lo hizo ayer mismo. Es una delicia y no estaría mal reeditarlo, como tantos otros. A esto me refiero, básicamente. 

miércoles, 20 de septiembre de 2023

Plegaria para pirómanos

Voces. Muchas voces en el nuevo libro de Eloy Tizón, 'Plegaria para pirómanos'. Masculinas, femeninas. Heridas, ardientes, ilusionadas, decepcionadas, cuerdas y no tan cuerdas. Por todas ellas, de una manera u otra, pasa la vida con sus atropellos y sus plegarias (atendidas o no), con sus expectativas y sus fracasos, con sus alicientes y sus temores, con ese sí esperanzado que luego termina siendo un no rotundo, avasallador. Pájaros en los cables, pájaros tiritando, pájaros arrasados por vendavales. La vida misma. La vida expuesta. La vida en el filo. Porque "la felicidad es un vestido de fiesta", como dice uno de los personajes femeninos del libro. Y también, podríamos añadir, ese mismo vestido de fiesta, quizá horas más tarde, puede ser todo lo contrario a la felicidad. Vamos a centrarnos en ese personaje, uno de los más importantes del libro, el que protagoniza el cuento 'Anisópteros'. Una mujer, Cordelia, y su monólogo. Imposible no pensar en la Gena Rowlands de los años 70 diciendo esas palabras. El temblor de la actriz americana para contar en esas treinta páginas casi una vida entera. Con el temor y el descaro de quien se sabe (o se intuye) ya al otro lado del espejo.  Y tú vas, como lector, y te sitúas a ese otro lado del espejo, muy cerca de esa mujer, de su fragilidad, temiendo, como la Martha de Edward Albee a Virginia Woolf y al mismísimo lobo feroz, ya al final de la madrugada, cuando todo empieza o todo acaba, que nunca se sabe. 

Ella, la Marianne "inventada" de 'Confirmación del susurro' y la vecina del 6ºF de 'El fango que suspira' (sin olvidarnos de Erizo, ese personaje que se mueve por casi todo el libro, como una sombra que atisba la vida, y la vive, y la esquiva, y la narra, desde diferentes perspectivas), me parecen los grandes personajes de este libro complejo y poético, repleto de voces, hallazgos, incógnitas por desvelar y los susurros que surgen entre las grietas de esas incógnitas. 

sábado, 16 de septiembre de 2023

San Mateo 2023

No me interesan gran cosa las fiestas de San Mateo. Voces, bullicio, vinos a tres euros. Todo eso ya no es para mí. De joven, sí. Por las obras de teatro. Aquí pude ver a las grandes actrices de nuestro teatro. Y alucinar con sus trabajos. Hace tiempo que las cosas ya no son así, lamentablemente. Sin embargo, a mi madre le gustaba que fuésemos un día con ella a tomar algo. Y, claro, íbamos. Ayer, como un homenaje y pese a la lluvia, decidimos acercarnos al barullo. Pero nada es lo mismo sin ella. Nada, mamá, nada...

miércoles, 13 de septiembre de 2023

El viaje de Julieta (Serrano)

Qué documental tan bien hecho. Qué gran actriz y qué grandes personajes la arropan para describir su personalidad y su talento. Qué mujer tan lúcida y cercana parece. Historia con mayúsculas del cine y del teatro español. Lo he disfrutado mucho. 

En Filmin. 

sábado, 9 de septiembre de 2023

Las buenas compañías

Interesante película (basada en hechos reales) sobre las complicaciones de las mujeres a la hora de abortar y de desarrollar libremente una sexualidad diferente a la de la mayoría en la España de los 70. Dirigida por Silvia Munt e interpretada por la gran Itziar Ituño (¿por qué no le dan más papeles a esta mujer?) y Alicia Falcó, todo un descubrimiento. 

Está en Filmin. 

jueves, 7 de septiembre de 2023

María Jiménez

La primera imagen que me viene a la cabeza de María Jiménez es la de la artista subida a una mesa, con un cigarrillo en una mano y la otra revolucionando las alturas, la falda arremolinada hasta lo imposible, la melena rubia tapándole media cara y aquel mítico movimiento de piernas en marcha, en bucle. Se acabó. El grito de guerra, la voz desgarrada, el nervio en estado puro. Casi un rugido (o sin el casi). Un torbellino sobre una mesa. Una diosa en lo suyo, que venía de Bambino y de las calamidades de la vida. Un estilo personalísimo, único, que, pese a las magulladuras, desprendía talento, alegría, rabia por vivir. Por estar, por permanecer, por hacerse el hueco merecido. Lo consiguió. Y consiguió hacer de las interminables noches de nuestra juventud un lugar para recordar, y para recodarnos que, pese a todo, aquello merecía la pena. Cuando la vida no iba en serio del todo. Cuántas noches cerrando La Santa, nuestro Studio 54 particular, con aquel terremoto y después a ver quién se iba para la cama. Para la propia, digo. 

Gracias, María. 
Qué año de mierda.