domingo, 23 de julio de 2023

Triste día de elecciones

Qué duro ha sido volver a ese colegio electoral donde hace casi dos meses fuimos con mi madre a votar. Quién nos iba a decir entonces que hoy seríamos uno menos. Todo sea por la causa.

Por fortuna, no nos encontramos con ninguna persona conocida. Pocas ganas de hablar.

Los mercadillos del Fontán, cuatro buenos libros por 9 euros, han compensado un poco el desastre. El peso de esta ausencia insoportable.

martes, 18 de julio de 2023

35 años sin Nico

Ahí está Nico, sobre el escenario de un teatro, con un cigarrillo en una mano y una copa de vino tinto en la otra, cantando con su voz rasgada sus nuevas composiciones. Estamos en 1986. Faltan dos años para que muera en Ibiza de un derrame cerebral, tras una caída de la bicicleta la tarde anterior. Se siente fea y gorda. Y cansada. Su rostro, entre otras muchas cosas, refleja ese cansancio. Atrás quedó el tiempo de la belleza, de los trabajos como modelo, de la Velvet Underground, de los aplausos, de las compañías famosas, de las inquietudes. El tiempo de los poemas y la rebeldía. Sobrevive como puede, adicciones incluidas. Así lo refleja ‘Nico, 1988’, la notable y austera película dirigida por Susanna Nicchiarelli e interpretada con solvencia por Tryne Dyrholm. El rostro de la actriz danesa expresa, sin perder un ápice de contención y cierta rabia, ese cansancio. También las decepciones de una mujer que dice que le gusta vivir en Manchester porque le recuerda al Berlín de entreguerras, la Alemania de su infancia, tan lejana ya.

Nico, actriz, modelo, cantante e icono indiscutible de una época, está viviendo en las ruinas, en el otro lado del espejo, en lo que pudo haber sido (y tal vez fue, brevemente) y resultó ser de otra manera. El pasado machaca como ese cristal que devuelve por momentos la belleza y la gloria perdida, aunque ésta fuese efímera y fugaz, cuando las facciones del rostro jamás volverán a ser las que un día fueron. Otro sueño machacado: qué importan las razones, qué importan los errores, qué importan ya todos aquellos líos. La realidad es la que es, y así, con todas las dificultades posibles, hay que afrontarla.  No es tarea fácil. Y Nico lo sabe, y su rostro también lo sabe. Porque los rostros, como las manos, nunca mienten. “Yesterday is gone”, cantaba Marianne Faithfull, ese otro icono imprescindible, en la hermosa balada que le dedicó. “There´s just today/ no tomorrow”.

Frío de vivir, que diría el escritor Carlos Castán. O cuando el retorno ya no forma parte del plan.