Estoy nervioso como si empezara un nuevo trabajo o me fuesen a dar un premio. Volvemos a las calles, aunque no sea más que a un kilómetro de distancia de nuestras casas. Algo es algo. Este algo es, a día de hoy, mucho. Esto es una especie de fiesta. La fiesta más importante que tenemos desde hace casi dos meses. Un pequeño paso hacia la normalidad, hacia la normalidad que sea, que ya sabemos que nada volverá a ser igual. Necesitamos este paso, sentir que pisamos firme, olvidarnos por un rato de tantos miedos. Necesito saber que pronto volveré a ver a mi hermana, confinada en otra ciudad, qué duro ha sido eso. Después de este paseo, lo veremos todo de otra manera. Estoy seguro. Parece que ya está amaneciendo. Ya está amaneciendo, sí. Y no llueve. Allá vamos.
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