Compraba la revista MAN todos los meses. Bueno, los meses que salían actrices importantes. Aquel mes, Victoria Abril, en blanco y negro, sublime. No podía estar más guapa. Atrevida, descarada, con sus hermosos pechos al aire, con sus ojos rabiosos de picardía, bellísima. Como era en aquel año 89, que venía del primer rodaje con Almodóvar. El póster estuvo meses en mi habitación, en lugar destacado: justo enfrente de la mesa de estudio. La Abril, en blanco y negro, en bragas y con las tetas al aire, todo un lujo. Desafiando al mundo y a todas las mentes puritanas, que en aquel tiempo eran más de las que hoy pensamos, casi tantas como las que (al parecer) hoy son o están a punto de ser. Yo amaba a Victoria Abril, aunque mis deseos fueran por otro lado, qué importa eso. Y en mi habitación estaba ella, y otras como ella. Mujeres importantes. Yo quería a Victoria Abril, semidesnuda, desafiante, bellísima, con su hermoso pecho al aire. "No cambio mi talento por más pecho", había dicho en el rodaje de 'Baton Rouge', de Rafa Monleón, algunos meses atrás. Y allí estaba, con sus pechos pequeños y hermosos, en una esquina de mi habitación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario