Salud. Es un tópico, lo sé. Pero quienes convivimos con personas que padecen enfermedades degenerativas de espantoso nombre como la que sufre mi madre es la palabra a la que nos agarramos con más fuerza, aunque caigamos en el tópico por excelencia de estos días. A veces, cuando la enfermedad se manifiesta de forma ineludible, huyen en estampida las risas y la alegría. Y mi único empeño es atraparlas de nuevo a las dos, risas y alegría, para que no se sienta aún más frágil.
Así las cosas, salud y risas son para mí fundamentales.
Y buen vino, y mejor música, cine y literatura.
No creo que haya mejores deseos. Los que os envío hoy desde aquí.
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