miércoles, 23 de septiembre de 2020

Nos morimos de amor

Tenemos la vida por delante y luego, inesperadamente, todo se escapa de las manos. Un misterio. El único relevante. Nadie sabe aún a ciencia cierta cómo sucede eso. En un abrir y cerrar de ojos, todas aquellas ilusiones se esfuman. Todos aquellos anhelos. Todas aquellas luchas. Todos aquellos roces contra diferentes pieles. "Es muy probable que no hayas visto/ las rosas que puse esta mañana encima de tu sexo". El brillo de unos ojos y el de los ojos que contemplan ese brillo, expectantes. Y un padre -el tuyo. el de quien escribe estos versos, el de quien los lee- se muere en noviembre, que no sé si es el mes más cruel (no quiero aquí contradecir al clásico inglés) pero se le parece. Y ya entonces todo va encadenado. Frustraciones, desilusiones, temores, desengaños, miedos y todo ese lado absurdo e inexplicable de la vida, batallas incluidas. Perseguimos un sentido y, pese al empeño, dejamos de hacerlo. "Ha llovido bolas, balas, velas, risas, rosas, rizos, luces, lazos, líos...", canta Marina Rossell. Todo eso, de golpe. Todo seguido, sin tregua. Sin titubeos. Por sorpresa. Casi a traición. A traición. Y el empeño queda hecho añicos, ya no sé si es invierno y ya da un poco igual. No quiero contradecirle, señor Eliot. Da un poco igual todo, en realidad. Queda una última petición, una última verdad: "Nos morimos de amor". Así dice uno de los versos de este magnífico poemario de Justo Braga, 'Todos tus crímenes', editado por BajAmar. Nos morimos de amor, mejor que de pavor o de miedo, a qué negarlo. Y ésa, pese a todo, viene a ser la única verdad, la que se abre paso por ciénagas y complicaciones, enfermedades y decepciones, cuerpos ya putrefactos y ese último aliento que indica que todavía no estás muerto (y alégrate por ello). Acaso porque el enigma -lo descubrirá quien logre resolverlo-, nace y muere ahí, te llames como te llames, busques lo que busques, ames a quien ames. Te enfrentes a los espejos con valentía, sin evitar las palabras que duelen o amenazan (como hace Justo Braga en este libro, equilibrando conceptos), o pretendas hacer todo lo contrario.  

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