El dolor, por el motivo que sea, es un sentimiento muy profundo y no entiende de colores. Puedes llevar un traje más estridente que los vestidos de Ágatha Ruiz de la Prada y estar -por el motivo que sea, insisto- completamente roto por dentro. Y también puedes ir de negro de cabeza a los pies como Bernarda Alba y ser más cuerva que ella.
El dolor no entiende de colores, géneros ni ideologías. Que cada cual exprese su dolor como quiera. O como pueda. Lejos de gilipolleces y lo más cerca posible de la sensatez, si puede ser.
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