Ha muerto Stephen Dixon, un cuentista extraordinario. Uno de esos escritores que van al grano, que buscan la palabra precisa, que emplean la sutileza de modo impecable. Sus temas son los temas esenciales: las relaciones de pareja, la pérdida, el miedo... Lo cotidiano. Lo insignificante que somos en un mundo lleno de gente que, pese a la variedad, la procedencia y las circunstancias personales, sufre y goza con lo mismo (los temas esenciales). Y pese a esa insignificancia, los problemas que somos capaces de crear y encarar.
Lo tuve muy presente mientras escribía los relatos de 'Mujer en el bar', así como estos últimos que he ido publicando en diversos libros colectivos, editados por alternativas y Más madera.
Lo tendré presente en los próximos relatos que vaya escribiendo, no me cabe duda.
Ojalá se traduzcan pronto más historias del señor Dixon. Palabras mayores.
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