La triste muerte de Carlos Saura, con el importantísimo legado que deja al mundo de la cultura, me lleva a una reflexión sobre la que llevo dando vueltas desde hace mucho: ¿hay que esperar tanto tiempo para conceder un premio de estas características (pongamos que hablo también del Cervantes) a una personalidad, como tantas otras que aún no lo han recibido, que se lo merecía desde hace treinta años?
Buen viaje, señor Saura.
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