'En los márgenes', la primera incursión del actor Juan Diego Botto en la dirección, es una película honesta sobre los desahucios. Brutal, sí, como corresponde al hecho de que te despojen miserablemente de tu casa y de tus pertenencias. Angustiosa, sí, como una orden judicial que llega al buzón para poner en marcha todo el procedimiento. No hay respiro para el alivio. No hay tregua. Vivimos en una sociedad salvaje y la película lo refleja a la perfección, sin concesiones de ningún tipo. La única ayuda proviene de quienes también están pasando (o han pasado) por ello y de un abogado comprometido (Luis Tosar, enorme) hasta el punto de echar a perder su vida privada en el empeño. Miseria, precariedad, pastillas para la ansiedad y el nerviosismo: todo eso que sigue a la orden del día, aunque haya quien mire para otro lado (algunos políticos incluidos). El día a día, la noche a noche. El miedo que corroe cerca del amanecer, antes de que suene el despertador, previendo lo que va a suceder. En lo que se va a convertir la vida de quien está a punto de perderlo todo. Verse en la calle, sin miramientos. Y a quién le importan los menores. Uno de los grandes logros de la historia es la figura de esa madre (Adelfa Calvo, impresionante) que camina como un fantasma desesperanzado por las calles, por las farmacias, por la casa. Sus pasos (y sus miradas) escuecen como un golpe policial. Metáfora todo ello de demasiadas cosas. La pura realidad. Y la impotencia, y las manos atadas. Y la solidaridad, que siempre procede del mismo lado.
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