Paul Sorvino y Ray Liotta. Una foto que apunta muchas cosas.
Paul y Ray, dos actores inmensos.
Dos actores inmensos que coincidieron en una película mítica y que nos han dejado el mismo año.
Un tiempo en el que aún no se cerraban cines en las ciudades.
La ilusión de acudir a la primera sesión de los viernes, días de estreno.
Era tan fuerte aquella ilusión que puedo sentirla y añorarla a partes iguales.
Ellos ya no están.
La película puede verse en plataformas, que jamás -por buenas que sean- será lo mismo.
La ilusión y la añoranza van y vienen, según el día y las circunstancias.
Paul y Ray, aquel viernes de estreno.
Tan lejos, tan cerca.
La memoria.
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