James Caan pertenecía a ese grupo de actores que siempre están perfectos en sus papeles. Viejos zorros que se las saben todas. Y que actúan con la misma facilidad con la que mascan tabaco o le lanzan una mirada irónica al personal. Poseía, además, un atractivo muy especial: el que otorga el conocimiento de la vida, el conocimiento de las zonas luminosas y las zonas menos luminosas. Además de sus grandes películas, hay una interpretación que representa bien esto que apunto. La película 'For the boys' (aquí, absurdamente, 'Ayer, hoy y siempre'), junto a Bette Midler. Una especie de cómicos que se dedican a animar a las tropas de diversas guerras. Midler, contenida, realiza uno de sus grandes trabajos, y Caan, también. Lástima que solo ella fuese nominada al Oscar. Nunca se lo dieron, por cierto, pese a merecerlo en más de una ocasión.
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