Dos horas en las que consigues evadirte de la realidad. Volver a tu propia juventud. Recordar los primeros deseos, los primeros besos, los primeros cigarrillos. Cuando el tiempo no contaba y todo podía ser posible. Alana Haim y Cooper Hoffman están muy bien. Se les augura un buen futuro, si tienen suerte. Y siempre tiene su punto ver a Sean Penn y a Tom Waits.
Sales del cine con buen rollo y con toda esa buena música en la cabeza.
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