Mi favorita es Dorothy. Por Bea Arthur, enorme actriz. Por su sarcasmo, su ironía, sus caras de perplejidad, sus noches de sábado en casa leyendo novelas... Luego, por igual, van Sofía y Blanche. Rose, por tanto, es la que menos me gusta, pese a esas historias surrealistas que hacen que sus compañeras desaten la lengua contra ella sin piedad. ¡Esa mano de Dorothy tapando la boca de Sofía! Momento impagable. Sin embargo, en los últimos tiempos, Betty White se convirtió en una especie de icono. Daba gusto verla en todos los saraos. Su presencia producía una mezcla de alegría y de ternura. Una de esas lúcidas supervivientes que se las saben todas y que parece que no se van a morir nunca. Estaba a punto de cumplir 100 años. No pudo ser. Qué mejor manera de despedirla que revisar dentro de un rato algunos capítulos de la mítica serie. Qué mejor manera de empezar el año.
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