Vino a verme a la caseta de la Feria del Libro de Madrid donde estaba firmando ejemplares de mi primera novela. Se hizo con un libro y, obviamente, se lo dediqué. Trinidad Fernández, más conocida como Tres. Era una gran artista. Eso ya lo sabe todo el mundo. Me gustaban mucho sus trabajos y también las fotos de diferentes etapas de su vida que subía habitualmente a esta red social. Me impresionó, de cerca, su belleza (¡qué ojos!), su elegancia y su naturalidad. Hablamos de lo complicado del mundo cultural. Me dijo que nunca tirase la toalla. Luego, se puso las gafas de sol (era un día con mucha luz) y nos hicimos la foto. Antes de irse, me apretó la mano y me dijo lo afortunada que era mi madre al contar con mi ayuda en su enfermedad degenerativa. Nos emocionamos un poco. Después, se alejó entre la gente. Su silueta contra ese cielo de Madrid que es único y que alivia las penas y bajo el que siempre te gustaría quedarte a vivir un rato más. La silueta, la manera de andar, la melena, la distinción... Una mujer con todo eso y con un enorme talento para la pintura. Os juro que parecía el fotograma de una película.
No hay comentarios:
Publicar un comentario