Y el escritor David Torres empezó ayer a leer 'La noche se detiene'. Y hoy aquí apunta este detalle tan significativo:
Ayer, nada más empezar La noche se detiene, de Ovidio Parades, me encontré con un autorretrato de mis veinte años (adivinen cuál). En otra ciudad y otro sexo. Pero lo maravilloso de las buenas novelas es que te permiten vivir varias vidas.
"Es muy duro escribir versos y reponer latas de conservas en un supermercado por un puñado de euros; escribir cuentos y vender seguros puerta por puerta (puerta fría, le llaman) por un sueldo miserable; escribir novelas y aguantar los desplantes telefónicos de toda esa gente que no quiere cambiar de compañía porque tú le ofrezcas no sé cuántas ventajas de un día para otro, casi como por arte de magia".
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