sábado, 21 de junio de 2025

The last showgirl

'The last showgirl' es una película que reflexiona sobre el paso del tiempo, sobre lo que pudo haber sido y no fue, sobre las relaciones personales que se atascan, sobre las vidas truncadas. Es triste y melancólica, y está muy bien narrada por Gia Coppola, nieta del mítico director de varias obras maestras. La desolación en un paisaje tan proclive a ello como es el de Las Vegas: esos hombres y mujeres jugando en los casinos y bebiendo copa tras copa, esas camareras que los atienden y que tienen que exhibir con descaro sus pechos para recibir mejores propinas. Y esas mismas camareras, llegadas a cierta edad, siendo sustituidas sin piedad por camareras más jóvenes. Esa camarera es aquí una Jamie Lee Curtis que otorga su enorme talento a la decrepitud de su desvalido personaje (sólo por la escena bailando en la mesa del casino ya se merecía todos los premios). Vulnerable también se muestra Pamela Anderson, despojada de las pestañas postizas, las lentejuelas, los collares y los maquillajes excesivos que requiere su trabajo, la actriz compone el papel de su vida, entre esa vulnerabilidad y la fuerza de quien lucha por aquello en lo que cree, desafiando las reglas que impone el paso del tiempo. Se merecía, como Curtis, haber estado entre las finalistas de los pasados Oscar.

Es preferible, si se puede, verla en versión original, donde se captan la magnitud y los matices de ambas interpretaciones. Y suena la música triste donde se hunden las tristezas de lo que acarrea muchas veces el hecho de estar vivo y comprender que todo esto no es un juego.

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