sábado, 28 de junio de 2025

Feliz 28 de junio

Apareció de madrugada, finalizando la primavera, hace dieciocho años. La sonrisa del hombre que con el tiempo se convertiría en mi marido. Era un hombre guapo, elegante, con clase. Tenía los ojos azules. Bailábamos en el centro de la pista, bajo una bola de luces como la del mítico Studio 54, aquel idealizado Nueva York de los 70. Casi todo el mundo se había retirado cuando surgió aquel intercambio de sonrisas. Dos sonrisas en la penumbra de un local que hoy, como tantos otros, ya no existe. El humo de los cigarrillos rubios y el sabor amargo de las copas con hielo y limón. El travesti que había imitado a Madonna ya tenía el maquillaje cuarteado, las pestañas en el suelo y la peluca, que parecía un gato callejero y famélico, sobre la barra. True Blue, Baby, I love you. Salimos juntos y nunca volvimos a separarnos. Nos alejamos de allí tarareando la misma canción, quizá alguna del repertorio de la rubia nacida en Michigan en el verano de 1958, bajo un sol que lucía tímido aún. Día de playa, que decimos por aquí.   


Feliz 28 de junio a toda la gente decente y respetuosa. Muy especialmente, a esas personas valientes que hoy van a salir a manifestarse en Hungría, en contra de lo permitido, para reclamar lo que resulta obvio: la libertad individual de elegir a quien amar o con quien acostarse. 

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