El mes pasado se cumplieron cincuenta años del estreno de 'Cabaret', el musical de Bob Fosse que es mucho más que un simple musical. Es, sin lugar a dudas, una de las películas más importantes del cine americano. Un acercamiento -junto al inolvidable retrato de diferentes soledades y decadencias: hombres y mujeres un tanto perdidos buscando refugios- al ascenso del nazismo. Y su protagonista, Liza Minnelli, aquella Sally Bowles que se pintaba las uñas de verde y gritaba al pasar los trenes, celebra hoy su setenta y seis cumpleaños, convertida en una mujer frágil (no hay más que echar un vistazo a sus últimos vídeos y apariciones públicas) y un icono irrepetible. Una manera única de entender el espectáculo desde su perspectiva más amplia, más completa, más perfeccionista. Una verdadera estrella, según el concepto clásico.
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