El silencio de la noche se extiende a la madrugada y también al día y sólo se ve interrumpido por los gemidos de la joven pareja de arriba, él y ella, que folla y folla, y cuyo placer es más poderoso que este virus de mierda y esta intranquilidad por esos padres que casi se han vuelto hijos y este confinamiento que por momentos desespera a quienes somos inquietos y callejeros.
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