Qué difícil me resulta este año escribir sobre el día de la radio. Así que, si me disculpáis, seré breve. La radio sigue siendo eso: una voz que acompaña, que consuela, que nos hace olvidar durante un rato todo lo que nos preocupa. La radio también es música, y la música ahuyenta de inmediato cualquiera de esos zarpazos que un buen día alguien decide lanzarnos. Con todo, esas voces y esas músicas que buscamos en la radio son, mientras las escuchamos, más poderosas que todo lo demás. Lo son, en realidad. No es un espejismo. No es otro engaño. Estoy seguro.
Azucena Vence, vuelve pronto
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