[Aquí va el poema con el que quedé finalista este año en el Premio Internacional de Poesía Jovellanos. Va por mi madre]
ROSTROS
Un tiovivo vacío sigue dando vueltas en esa plaza
a la que ahora no puedes llegar
por culpa de la enfermedad.
He perdido la cuenta de las veces que te he visto
sonriéndome y alzando la mano
para decirme que estabas cerca
subido a un tiovivo como el de esa plaza o al abismo
desde el primer día
hasta estos cincuenta y un años que acabo de cumplir
pero siempre cerca.
Tengo miedo de que un día ya no esté ahí tu mano
de que no puedas comprarme el libro y la barra de pan,
de que tu brazo no busque el mío para sostenerse
de que el tiempo difumine tu rostro de madre
que también, desde aquel lejano 1971, es mi rostro de hijo.
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