viernes, 5 de junio de 2020

Lorca

A Lorca hay que leerlo, venerarlo, adorarlo, como hacen los creyentes con sus dioses, sea el día de su cumpleaños o cualquier otro día. Hay que manosear las páginas de sus libros, señalarlas, marcarlas, acariciarlas como si fuera el sexo de la persona que amas. A Lorca hay que recitarlo, en voz baja y en voz alta, mientras lloras o ríes, aunque no seas Nuria Espert, Charo López, Azucena Vence ni Paco Rabal. Y a quien te regaló tantos años atrás (mi madre en este caso) las obras completas, primorosamente editadas por Galaxia, darle las gracias todos los días. 

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