Llueve. A través de la ventana abierta entra una brisa agradable, más propia del otoño que del verano (siempre son raros los veranos en el norte). He terminado las correcciones de `Corrientes de amor´, mi nuevo libro. Un día de estos las entregaré a la editorial. Cuando uno da por finalizadas esas correcciones, siente algo extraño. Como si de algún modo el libro, poco a poco, fuera alejándose ya de quien lo escribió. Es una sensación agridulce, por así decir. Y extraña. Como extraña (y fascinante) es una de mis canciones favoritas de The Beatles. `A day in the life´, que no me canso de escuchar (sobre todo, en los días tristes o lluviosos como el de hoy). Un día como cualquier otro, quizá.
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