miércoles, 29 de octubre de 2014

Reseña de Laura Freixas sobre "La mujer de al lado"

Me ha gustado mucho “La mujer de al lado”, la nueva novela de Ovidio Parades. Ovidio es un escritor joven (nació en 1971), que vive en Oviedo, que había sido librero, y que tiene una sensibilidad, un don de observación y de empatía con algunas personas y cosas (en particular la literatura y el cine, y muy especialmente con escritoras y actrices) fuera de lo común. Lleva un blog, que en opinión (si... se me permite citar algo tan personal) de mi madre (que desde que descubrió a Ovidio, es una fan), en opinión de mi madre, digo, el blog/diario de Ovidio es “como el de Trapiello, pero sin mala leche”. Me parece una buena definición… A mí me gustan mucho esos textos cortos en que Ovidio capta momentos, estados de ánimo, se fija en gente anónima en un supermercado o una cafetería, comenta una película, un libro… y lo hace siempre con reflexión, con sensibilidad, con respeto. Los ha publicado en varios volúmenes: El extraño viaje, Ventanas compartidas, Vivir en los cafés…, alguna vez con prólogo mío.
Hace dos años Ovidio publicó su primera novela, El tiempo que vendrá, donde mostraba las mismas cualidades que en su blog. Pero quizá le faltaba justamente el paso de la estructura del blog o diario a la propia de la novela. Esto en cambio sí lo ha conseguido con ”La mujer de al lado”, que tiene una curiosa y muy lograda estructura de “cajas chinas”, o se puede comparar también a un abanico cerrado (que sería la casa de pisos en la que vive, con sus padres y su hermano, el narrador) que se va desplegando, y mostrando diferentes personajes (la vecina, la portera, el hermano…). Cada uno con su historia, su carácter, sus preocupaciones. Los vemos aparecer, sabemos algo de sus vidas, pero luego desaparecen; uno de los alicientes de la novela es esa sensación de que nunca llegamos a conocer realmente a los demás, a entenderlos; siempre están “al lado”, no “con” nosotros, ni siquiera “en frente”; les vemos con el rabillo del ojo; conservan cierta aura de misterio.
“La mujer de al lado” es una novela dulce y un poco triste: nos presenta a personas “de a pie”, que luchan, que salen adelante, que fracasan, que se hunden, que a veces se vuelven a levantar… y nos las presenta con comprensión, con delicadeza, con cariño, aunque sin idealizarlas. En ese sentido se me ocurre que es muy diferente de otras novelas que presentan al mismo tipo de personajes pero con desprecio, ridiculizándolos, lo digo porque me acuerdo de “La colmena” por ejemplo, pero cierro el paréntesis. Otra cosa muy característica de la visión del mundo de Ovidio (lo del nombre de pila es porque le conozco en persona), y que también se refleja en la novela, es una visión más humana que política de la gente que se gana la vida como puede, que intenta sobreponerse a las dificultades, que no siempre consigue salir adelante… En cuanto al género, presenta con frecuencia personajes masculinos (auto)destructivos y mujeres psicológicamente fuertes, pero social y físicamente débiles, y que muchas veces soportan la violencia masculina; me alegro de que Ovidio en su literatura lo presente así, porque así es, estadísticamente hablando. Y la novela está muy bien escrita, con un fino don de observación; tomo al azar esta descripción, estupendo ejemplo de un ejercicio que pongo a veces a mis alumnas/os en los talleres: “Describir a un personaje por su forma de vestir”; él lo hace así: “Dos chicos y una chica (…) siempre con sombreros, pantalones estrechos, botas altas y terminadas en punta, enormes y oscuras gafas de sol y largos pañuelos de seda muy estampados colgando del cuello, sobresaliendo de sus cazadoras, de sus abrigos negros o de sus amplias gabardinas”. En fin, he disfrutado mucho “Las mujer de al lado” y solo le reprocho que no sea más larga, más compleja. Me ha sabido a poco. Pero como Ovidio está madurando como novelista a ojos vistas, y como ahora tiene tiempo (desgraciadamente, está en paro) estoy segura de que la próxima será todavía mejor. La espero con ganas.

Laura Freixas



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