Me lleva pasando toda la vida. De repente, oigo hablar de una película, me entran unas ganas tremendas de ir corriendo al cine y nada, que jamás llega a los cines de las pequeñas ciudades. A esas ciudades, como la mía, donde ya sólo quedan cines en los centros comerciales, desgraciadamente. Tienen que pasar meses, muchos meses, hasta que esa película aparece en los videosclubs, para que pueda verla. Ayer fue uno de esos días mágicos en los que, echando un vistazo a las novedades del videoclub que hay al lado de la casa de mis padres (el más completo de la ciudad: a pesar de la dificultad de los tiempos, jamás ha dejado de comprar una novedad, por minoritaria que sea), volvió a suceder. Se trata de "De tu ventana a la mía", la primera película de Paula Ortiz. Tres historias. Tres épocas diferentes de la historia de este país. Tres mujeres. Todo un hallazgo. La sutileza y el modo en que están narradas y la elegancia con que se entrelazan las historias, la dirección, la música, la interpretación de las actrices... Todo conmueve. Sin estridencias. Sin sobresaltos. Sin aspavientos. Mostrando limpiamente esa manera que tiene la vida de pasar: avasallando, arrasando, acuchillando, en ocasiones, y mostrando su lado más dulce, más amable, más llevadero, en otras. Ese lado positivo que casi siempre resulta tan fugaz, a pesar de los intentos que se hacen para que no sea así. Los secretos, los recuerdos, los sufrimientos, las luchas, las enfermedades, las desilusiones... Los amores que llegan y se van por diferentes razones o los amores que, lamentablemente, nunca han llegado y que están sólo ahí, en las películas y en las mentes de quienes las ven una y otra vez, hasta que el sonido sobra y se las saben de memoria. Las palabras de los actores de esas películas sin voz se repiten en los labios de quienes las visionan incansablemente. Y sueñan, y sueñan...
Las tres actrices -Leticia Dolera, Maribel Verdú y Luisa Gavasa- están espléndidas. Se sabe que Dolera es ya algo más que una promesa, que Verdú muestra su genio y sus registros en cada nueva película, pero quizá lo que no se sepa tanto, o no lo sepa la mayoría del público, es el inmenso talento de Gavasa, una de esas actrices que hay en España que, casi silenciosamente, ofrece un talento que está al mismo nivel de esas otras figuras de mayor renombre y reconocimiento popular. Lo que hace Luisa Gavasa en esta película merece todos los premios habidos y por haber. Pocas veces el dolor y la frustración se han sabido expresar con tal contención. Con su mirada, que a veces desarma, es suficiente. Esa manera de mirar, tan frágil y tan poderosa a un tiempo, que he visto algunas veces en Geraldine Page, por ejemplo.
Y al final, la voz de Carmen París, cantando una especie de nana, aliviando el dolor, haciendo que la esperanza, esa que asoma y se va y vuelve a asomarse al otro lado del espejo o donde sea, sea algo más que una mera posibilidad. El latido -quizá el único- que permanece.
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ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo contigo Ovido, las tres están espléndidas y tu relato sin lugar a dudas, invita a salir corriendo al videoclub y ser de los primeros en verla.
ResponderEliminarAcabo de terminar de ver la película. Estoy aún inmersa en el letargo que te dejan las películas que te tocan, que te hieren casi." De tu ventana a la mia" habla del amor como tambien habla de dolor. Habla del desamor como habla tambien de la vida que nos ocurre, que acontece a pesar de nosotros. Esta película habla de lo que hablan los Fados, los Tangos, las Coplas. Y como la música, se te queda dentro. Y tú tarareas casi sin darte cuenta.
ResponderEliminarVuelvo a la realidad.