jueves, 31 de julio de 2025

Sara Montiel

Lo que más me ha gustado del estupendo documental que Valeria Vegas ha hecho sobre Sara Montiel, 'Súper Sara', son esas imágenes en su casa de Palma, grabadas por Pepe Tous, cuando la actriz rondaba los cincuenta años. El atrevimiento de mirar, que diría Antonio Muñoz Molina. El propio Pepe en bañador, siempre sonriente. Los niños, jugando y descubriéndolo todo (Thais, la mayor, huyendo constantemente de la cámara de su padre). Y Sara, bellísima, sin rastro de maquillaje, la melena larga, con aires hippies, la piel muy bronceada, y los pechos siempre desnudos. Jugando con los niños en la piscina, tomando el sol con las amigas o besándose con su marido en cualquier momento. La imagen misma de la libertad, de la felicidad, de la alegría. Y no hay engaño porque ninguna de esas cosas puede ser fingida. Y si lo son, fingidas, se nota mucho y la historia, ante los ojos de quien observa (el atrevimiento de mirar), se desmorona. Son momentos reales, hermosos y llenos de ternura. Lejos de los focos, de los platós, de los escenarios, de las portadas de las revistas, de las pasarelas, donde Sara brillaba como lo que realmente era: una estrella.  

"Cómo pesa la vida, Olga. Más que la muerte", dice la protagonista de una de las mejores novelas de Soledad Puértolas, 'Una vida inesperada'. ¿Cuándo empezó a pesar la vida para Sara?, podríamos preguntarnos.  Posiblemente, tras la muerte de su marido, cuando todo aquello desapareció. Ese tramo de su vida, tan luminoso como se aprecia en esos vídeos caseros, es lo que nos reconcilia un poco con este mundo. Hay un tramo, más allá de las carreras profesionales y las situaciones económicas de cada cual, para la dicha. No todo está perdido. Y eso es lo que nos acerca definitivamente a un personaje único, con sus luces y sus sombras, con los altibajos que hay en toda existencia, que supo crearse, inventarse y reinventarse, salir indemne de los fuegos en los que a veces ella misma se metía. Sara está (en presente, sí) por encima de todo (y hace bien este documental en recordárselo a la gente más joven). Incluso de la incompresible y estúpida decisión de no haberle otorgado un Goya de Honor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario