sábado, 17 de febrero de 2024

La Zona de Interés

La luminosidad de la casa y del jardín donde vive la familia nazi y la oscuridad de lo que hay al otro lado de ese jardín, el campo de concentración que dirige el padre de la familia y que nunca llegamos a ver. Aunque lo intuimos todo. Ruidos, lamentos, humo, el sonido de los fusilamientos... En ese contraste radica lo más terrible y espantoso de esta sobresaliente película, 'La Zona de Interés', basada en la novela de Martin Amis. Su director, Jonathan Glazer, consigue que estemos alerta, en un estado de inquietud constante. El mal está al otro lado (no nos hace falta verlo, lo conocemos bien por lecturas, documentales y otras películas). Y el mal también está, pese a la luminosidad y belleza de la casa y el cuidado jardín, de este lado. El mal está en la mirada de ese padre de familia y en la actitud de su mujer (apabullante, una vez más, Sandra Hüller). Hay fundidos a negro y fundidos a rojo, acompañados de una música casi estridente, en los que no ves nada y lo ves todo. Y hay momentos espeluznantes como ese en el que la mujer reparte con las criadas la ropa que han robado a las mujeres judías, quedándose ella con lo mejor del botín, el momento del baño en el río del padre y los hijos, o la mirada hacia el cielo de la noche (y lo que allí se encuentra) de la suegra que está de visita. Y empieza a comprender la magnitud de lo que tiene alrededor. 

Implacable, durísima, demoledora. Gran película (recomendable verla en salas). 

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