Hay conciertos que dejan huellas importantes. El de Marianne Faithfull en el Jovellanos, como el de Chavela Vargas en el mismo teatro, es uno de ellos. Aquella voz, aquella presencia, aquella belleza, aquel talento. Todo eso, además de la leyenda y el misterio, a escasos metros de mis ojos, de mis enrojecidas manos de tanto aplaudir. Filmin, dentro de su programación musical, ofrece ahora un concierto de esta mujeraza desde Hollywood, grabado hace unos años. No es lo mismo, claro, pero sigue removiendo entrañas y conciencias. Solo hay que poner en penumbra la habitación y dejarse llevar.
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