Primero vi 'Dogman', de Luc Besson, que es salvaje y despiadada, y luego 'Nitram' (basada en hechos reales), de Justin Kurzel, más sutil pero igual de buena. Las dos están protagonizadas por Caleb Landry Jones: qué descubrimiento, qué pedazo de actor, qué carrera -viendo lo visto y teniendo en cuenta que nació en 1989- le espera si sigue en esta línea. Dos personajes diferentes, sin medias tintas y con un nexo en común: ambos están al borde. Al borde de todo y por distintos motivos. Por 'Dogman' se merece todos los reconocimientos del año, y por 'Nitram' se llevó el premio en Cannes en 2021. En esta última, la gran Judy Davis -cómo fuma, cómo mira, cómo susurra- recrea una de esas madres inolvidables. Anthony LaPaglia, en el papel de padre perdedor y vulnerable, también está perfecto.
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